Marco, Agente Marco. {Carlos Auryn Fanfic}

Capítulo 3.

Sé que dije que no me gustaban las notas estas pero... aquí me hallo de nuevo. Solamente quería decir que, cómo a muchos os gustó lo de "Let's have a kiki", aquí os dejo la canción por la que puse esa frase, que se llama igual. Es la versión de Glee. También es apropiada para lo que sucede en el capítulo -creo-, y, como la canción es algo animada y demás, creo que puede relacionarse con este capítulo, ya que es bastante humorístico -en mi opinión-. Aparte, también quería darle las gracias a mi Chantar por hacerme la portada. Por ello, este capítulo te lo dedico, sorra.

Un besito a todos mis lectores, sois de lo mejor.

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Me encontraba bebiendo café de mi taza, en la que ponía el típico I ♥ NY. Ya llevaba un par de meses viviendo allí, aguantando al extraño ser que era mi jefe, pero era soportable. He de añadir que me torcí la muñeca, por culpa de un imbécil que me hizo una llave cuando iba a esposarle. Qué gracioso, ¿verdad? Tuve que estar sin ir a trabajar unos pocos días, porque a Carlos se le metió en la cabeza que no tenía que hacer nada de esfuerzo. Ciertamente, nunca se había preocupado tanto por mí. Y lo peor de todo es que era un exagerado. Demasiado.

No sabía por qué, pero él no estaba en casa. No me había dicho nada, y eso me extrañaba un poco. Tras dar otro pequeño sorbo al café y la puerta se abrió. Se oía a Carlos hablar, y no precisamente por teléfono. Iba conversando con otra mujer, pero que por su voz aparentaba ser más mayor.

-Sí, hijo, solamente será una semana, no quiero molestarte con el trabajo ni nada.-su madre. Genial.

-De acuerdo, mamá. Pero no te preocupes, que eres bienvenida.-pasaron hacia donde yo estaba y alcé una ceja.

Estaba dando otro trago, pero lo di más corto para poder presentarme y todas esas pascuas. Dejé la taza a un lado y me limpié con un trapo que tenía por ahí, seguro que se me había quedado bigote.

-¿Y esta chica quién es? ¡No me dijiste nada de que vivías con una!-y le pegó una colleja.

Ojalá hubiera estado en una urna, donde no se me oyera nada. Porque el descojone interior que tenía era enorme. Aun así, por educación, solamente solté una pequeña risita.

-¿Y no me vas a decir quién es?-le dijo cruzándose de brazos, mientras alzaba ambas cejas.

-Ah, sí. Ella es Naya, la nueva ayudante que te dije que tendría. Y bueno, también es... mi novia.-me apetece reírme, sí.

-¿Qué?-dije, boquiabierta.

-¿Qué?-dijo su madre mirándole, sin creérselo.

-¿¡QUÉ!?-volví a decir, más bien gritar.

¿¡Pero este tío de qué iba diciéndole a su madre que era su novia, cuando no lo era!? Intenté tranquilizarme, mientras respiraba con fuerza. Carlos me miró suplicante, me daba mucha cosa. Pero sobre todo me daba pena. Mucha pena. Sí. Di un largo suspiro, haciéndome una idea de en lo que me había metido.

-Sí, sí... quería decir que sí. Claro. Soy la novia de su hijo. Encantada.-intenté disimular mientras me acercaba a ella y le di dos besos en la mejilla, por parecer educada y respetuosa.

-¡Oh, por fin tengo nuera!-exclamó dándome un buen abrazo.-Mi nombre es Lilly. Es un placer, cielo.-me apretujó tanto que pensaba que se me iban a salir las tripas.

-Mamá, deja que hable con Hummel... digo Naya.-se rascó la nuca y me soltó. Se quedó mirándole con una sonrisa inocente.-A solas.-añadió.

-De acuerdo, de acuerdo.-dijo mientras iba hacia... ¿¡mi habitación!? Oh, no.