Visitas Inesperadas.

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Capítulo 18

Asa y yo caminamos hasta ellos. Me quede enfrente de los dos congelada. No sabía que hacer, mientras que los ellos sonreían al mirarme.

-¿Qué no piensas decir una palabra, señorita? -les regale una sonrisa de boca cerrada.-

-Hija... Se que me necesitabas. Por eso vine. -mi madre me abrazó-

-Hola, ¿Asa? -dijo el español sonriendo y extendiendo su mano hacia el ojiazul-

-Hola, si. -devolvió la sonrisa y acepto el saludo-

-¿Quien es el chico? -pregunto mi madre viendo a Asa con una sonrisa-

-Su nombre es Asa. -lo mire. El sonrió y extendió su mano hacia mi madre-

-Asa Butterfield. -

-Sahara Johnes. -mi madre sonrió y estrechó su mano con la de Asa-

-Alai... Te extrañe -me aventé al español. Este me abrazo rápidamente.-

-Gracias a Sahara yo pude venir. -el miro a mi madre y sonrió-

-Gracias.. Mamá. No pensé que vinieras y con Alai -sonreí forzosamente. ¿Quién quiere sonreír cuando su padre murió un día atrás?, yo respondo eso, nadie. Nadie sonríe tras la muerte de su padre.-

-Bueno cariño.. Yo sólo quería ayudar y supe que no te despediste de Alai cuando viniste. -sentí las manos de Asa recorrer mi espalda baja, provocando que mi piel se estremeciera ante su contacto-

-Supongo que están cansados, así que.. ¿Qué tal si vamos a casa de _____? -Asa sonrió después de haber hablado. Mi madre asintió y Alai le siguió-

-Claro. Pues tres horas de viaje son cansados, ¿o no, Sahara? -dijo Alai. Mi madre sólo asintió y nos miro-

-¿Nos quedaremos en casa de.. John? -mi madre dijo en voz baja el nombre de mi papá. Sabía que en algo me afecta que lo haga en voz alta-

-Si, por supuesto. -accedí con una media sonrisa de boca cerrada.-

Asa y Alai llevaban el equipaje. Mi madre me decía algunas cosas, pero no ponía mucha atención. Llegamos al auto y subimos.

El pequeño trayecto a casa fue corto y callado. Sabían que lo necesitaba. Al llegar a casa todos bajamos, Asa y yo bajamos el equipaje y ayudamos a los dos a hospedarse. Mi madre se quedó en la habitación de huéspedes, mientras Alai se quedaría en mi habitación, pero yo me quedaría con el, en la misma habitación. Pero antes de decidir que Alai y yo nos quedáramos en la misma habitación, ambos, tuvimos una pequeña discusión..

-Puedes quedarte en mi habitación. Yo iré a la habitación de mi padre. Supongo que a Charlotte no le importará.-dije sin expresión alguna en mi rostro-

-No. Yo tengo la responsabilidad de vigilarte. -Alai estaba serio, se cruzó de brazos y me miro a los ojos.-

-No lo volveré a hacer, lo juro. -dije en mi defensa-

-¿Jurarlo?, ya lo has hecho y, ¿qué ha pasado?, terminas haciendo lo mismo.

-Esta vez no.

-¿Quien lo sabe?

-Tu y yo lo sabemos.

-Yo no lo se.

-¡Alai!, confía en mi, por favor.

-Discúlpame, no puedo hacerlo.

-¿Qué quieres que haga?, ¿Dormir en la misma habitación contigo?

Las Princesas No LloranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora