CAPITULO II CONSTANCE Y AMBROSE

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El súbito quejido que Constante largo al aire cuando su pie derecho dio directamente con la esquina de aquel viejo estante, fue suficiente para alertar a la horda de Voraces que se encontraban en reposo en el abandonado supermercado. Los chillidos disonantes comenzaron a expandirse por el lugar como si de un efecto domino se tratase. Los cuerpos que minutos antes se encontraban inertes y esparcidos por todo el suelo se retorcían y levantaban como por arte de magia, una magia oscura y aterradora.

-Pero que demonios Constance-

Aquello fue lo único que Ambrose atino a decir antes de tomarla por el brazo para salir huyendo sin respiro del Wallmart. El sabia que la situación era desastrosa y que lo único que evitaría que ambos se convirtieran en el plato principal era salir de inmediato de aquel lugar. Corrió con todas sus fuerzas sin soltar ni un segundo la huesuda mano de su esposa, mientras observaba que ninguna de aquellas criaturas este demasiado cerca. Los estantes de alrededor caían atropellados por aquellas bestias, las cuales muchas de ellas en su vida anterior habían sido vecinos, conocidos u amigos, aunque ahora solo eran depredadores voraces.

-Tenemos que llegar al ala sur, allí esta la salida de emergencia-

Constance escuchaba a su marido como si su vos proviniera de algún lugar lejano, distante, los nervios hacían que su sangre fluyera con mas intensidad martillando sus tímpanos hasta dejarla casi sorda, un defecto de pequeña bastante inoportuno.

Doblaron con urgencia por los estantes de medicamentos y llegaron al fin a la salida, lo malo era que aquella única puerta se encontraba obstruida por un Voraz.

-Mierda, mierda, mierda...- Las cosas siempre podían ponerse peor pensó Ambrose ,pero joder justo ahora. Freno en seco y empujo por inercia a su esposa hacia las escaleras.

-Sube Constance, sube, saldremos por el techo-

Los gritos ya no importaban, el sabia que ella estaba en crisis, y en crisis los gritos eran su fortaleza, de todas formas aquellos seres ya se habían percatado de su presencia. Lo único que importaba ahora era correr sin tregua, correr y salir de aquel maldito lugar.

el voraz de apostado en la salida los vio mientras subían al piso superior, grito con fuerzas, de su boca salio un sonido gutural, aberrante, abrió sus maxilares al punto de casi dislocárselos, su lengua húmeda y porosa se sacudía al compás de aquel ritmo demencial y sus rojos ojos inflamados apuntaron firmemente hacia sus dos presas, las cuales intentaban escapar.

En medio de la subida Ambrose tropezoso pero logro ponerse en pie de inmediato, detrás, la bestia que antes había sido un humano estaba a punto de alcanzarlo , pero al llegar a la planta alta, Constance lo recibió con el golpe certero de un microondas , había tomado lo primero que vio al subir y se lo partió al monstruo en la cabeza , haciéndolo trastabillar y caer. Su marido atónito volvió a tomarla de la mano para seguir huyendo despavoridos . A lo lejos pudieron ver un cartel verde que indicaba la zona de reposición y sin dudarlo , se metieron de lleno en aquel sector. Ambrose dio una mirada fortuita al lugar y vio una ventana , o mas bien una salida improvisada.

-Ven , tenemos que salir por allí , no tenemos opciones-

Constance temblaba del miedo pero confiaba en su marido, después de todo solo lo tenia a el , eran el uno para el otro, un equipo para sobrevivir, si no confiaba en el estaba perdida. Se acercaron a la ventana y vieron que debajo rondaban algunos chasqueadores, así llamaban a los zombis que solo chirriaban sin cesar, pero decidieron caminar hasta la cornisa , hasta poder llegar a las escaleras de emergencias que salían hacia afuera , después de todo no estaban tan lejos de la ventana.

Primero paso Ella , piso como pudo el borde exterior de la ventana y comenzó a caminar hacia la escalera .Trataba de tranquilizarse , sabia que cualquier paso en falso seria la muerte. Una gota gorda de transpiración comenzó a caerle por la frente , y a esa le siguió otra , y otra. El tiempo paresia haberse detenido , cada paso que daba era eterno y aterrador. Poco a poco fue llegando al extremo deseado y con un poco mas de valor logro llegar a la escalera. Ahora era el turno de el. El corazón de Ambrose latía sin control , el odiaba las altura , pero sabia que no tenia opción, junto todo el valor que tenia y dio el primer paso, sus pies se arrastraban por la cornisa con una precisión que jamas imagino tener, no miraba hacia abajo a sabiendas que aquello podía des estabilizarlo. Constante lo observaba desde el otro extremo , preocupada hasta los huesos por su esposo, mientras que el solo escuchaba sus latidos como si fueran la banda sonora de aquel momento. De repente algo sucedió, un resbalón, un maldito resbalón que lo cambio todo. Constance vio cada segundo en cámara lenta, la cara de su esposo atónito, mirándola con aquellos ojos cargados de terror y angustia, su cuerpo cayendo hacia el asfalto mientras manoteaba en el aire desesperado, como buscando alguna cuerda invisible que le sirviera de sostén , que le salvara la vida que ahora mismo se le escapaba de las manos. Su esposa se tapo la boca para reprimir el grito que la hubiera convertido en presa fácil nuevamente, un mar de lagrimas le llenaron los ojos y desbordaron por su rostro empapandolo de dolor e impotencia. Ambrose cayo sobre el suelo con un impacto ferrero y preciso, las bestias escucharon el sonido y se arremolinaron sobre el cuerpo que ahora estaba coronado por un charco de sangre. Lo devoraron de inmediato, le desgarraron la piel, le quitaron las viceras saboreandolas como si de un majar se tratara, el espectáculo mas aberrante que jamas contemplo la mujer, Ahora solo le quedaba continuar, continuar y no mirar atrás, ya nada podía hacer al respecto salvo llorar.

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