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Medio día turururu
—!Hay¡, que lindo clima—exclamó ella con alegría alzando los brazos al al aire mirando el edificio.
—No está mal—comento su compañero de cabellos azabaches escondiendo su cara en una capucha negra que se veia más sospechoso que el monstruo come galletas trabajando en la fábrica de galletas.
Ambos dieron varias vueltas al rededor del lugar parando en varias tiendas donde la castaña compró un montón de cosas que en su mayoría eran cargadas por Dabi, lo que uno hace por amor
—¿cuánto más piensas comprar?—cuestiono con fastidio tirando las bolsas al suelo.
—no seas tan quejoso, ni que fueran tantas cosas—dijo ella haciendo un gesto con la mano.
—¿que no?-Dabi alzó una ceja—compraste 4 pares de zapatos, 3 vestidos, 2 bolsos y un chaqueta de cuero que estoy seguro que nunca te pondrás, ah y también un peluche de pikachu y además...
—!ya entendí¡—la castaña ladeo la cabeza a modo de reproche—esta bien, paremos
—di-disculpe joven-un par de hermanos se acercaron a ellos—¿le gustaría comprar una rosa para su novia?-la castaña sintió algo de apena por lo pequeños niños que estaban trabajando en lugar de estudiar.
El azabache noto la actitud de su acompañante y soltó un bufido antes de sacar su billetera y tomar un billete de 20 dólares hacia ellos.
—lo sentimos mucho no tenemos cambio..—dijo la niña con pena.
—no lo quiero, tomenlo y regresen a su casa no es seguro que anden solos por la calle—ambos niños lo miraron con sorpresa antes de lanzarse a abrazarlo.
—!muchas gracias¡—______ sintió miedo de cómo podía reaccionar el pelinegro pero lejos de enojarse Dabi solo acarició levemente el cabello de ambos.
—tomen esto también, no es mucho pero espero les sirva—la castaña le extendió 2 bolsas con una mochila y otra con la chaqueta de cuero.
—!gracias¡—dijeron los dos antes de alejarse de ellos.
—Oye tengo hambre, ¿comemos?—Dijo el azabache sobando su estómago.
—claro, ¿Que quieres comer?—dijo ella mientras ambos tomaban asiento en una pequeña banca ubicada cerca de la fuente.
—Me gustaría probarte a ti—Dabi se acerco a su oido susurrando con voz ronca que hizo que una pequeña oleada de emociones la inundaran entre ellos, Nerviosismo.
—!Dabi¡—ella se mostró enojada, pero el sonrojo en sus mejillas hizo que se viera demasiado adorable a los ojos de él.
