Dia 4

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Para que los ángeles puedan conseguir un mejor rango en el cielo deben pasar una prueba "salvar a un humano del pecado"

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Para que los ángeles puedan conseguir un mejor rango en el cielo deben pasar una prueba "salvar a un humano del pecado". Las cosas son simples de explicar, cada ángel es enviado a la tierra y se les asigna un humano, pero las cosas no terminan ahí, pues el humano que se les asigna ya tiene un demonio tras el.

Eijirō Kirishima era el nuevo ángel que deseaba subir de rango y esa mañana comenzó su labor. Un chico de 19 años era su protegido, por lo que logró ver era un buen chico, no fumaba, no bebía, ayudaba a las personas, pero el verdadero problema se presentaba en las noches pues aquel joven amaba visitar clubes nocturnos de mala muerte, además de todo por fin logró verlo, él demonio tras aquel chico, no se acercó demasiado pues por el momento no quería problemas, pero si los estaba vigilando de cerca.

— ¿Se te perdió algo? Oh espera, vaya ya se habían tardado en enviar la salvación a esta pobre criatura — él demonio de ojos ámbar, cabellos rubios y una sonrisa prepotente estaba tras el ángel, acariciando un poco sus alas

— ¡Quítame las manos de encima asqueroso demonio! — Kirishima se movió rápido de su lugar apartando sus alas de las manos del demonio

— Oye no seas grosero, en fin, mira tu chico ya entro al club ¿qué vas a hacer angelito? — molesto él demonios sin quitar su sonrisa

— Por hoy no voy a hacer nada, pero te aseguro que mañana todo será distinto — Eijirō extendió sus alas y se fue

— Eso lo veremos angelito — El demonio ingreso al club, el también quería divertirse.

Al día siguiente el ángel regresó, y para su mala suerte el demonio ya estaba ahí.

— Hola cariño, ¿madrugaste?, ayer llegaste más tarde — el demonio miraba el ángel desde la ventana de la habitación del chico.

— Aclaremos algo demonio, si estoy aquí es por el — Kirishima señaló al joven que estaba dormido como tronco — no tengo ni la más mínima intención de llevarme bien contigo, es más ni siquiera quiero hablar contigo, así cállate y déjame hacer mi trabajo

— Uy eres un gruñón y yo que pensaba que eras bonito — el demonio se burlo y se acercó lo más que pudo al ángel

— Cállate, y ya deja de hablarme que tengo que hacer mi trabajo — se quejó Kirishima

— Eso es más que simple, solo deja de contestarme — se defendió el demonio con una sonrisa

— Eso sería una descortesía y los ángeles tenemos muy bueno modales — Kirishima salió de la habitación hacia la calle, adoptando su forma humana, el demonio lo siguió copiando su movimiento

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