Vale la Pena

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CAPITULO 4

VALE LA PENA

-…..cias…..

Esto tiene que ser imposible, esto es un sueño, esto tiene que ser una novela, esto no me está pasando, Jorge……..es Jorge………

-¿Te ayudo en algo? veo que estas un poco cargada.-

¡Dios mío! Es perfecto, más de lo que me imaginé, su pelo, su nariz, sus ojos, sus cejas, su boca, su voz, lo que miraba en la televisión no se parece en nada. Deberían hacerle un monumento por tanta perfección. Simple y sencillamente es imposible que exista alguien tan perfecto como él. Está moviendo la boca. Sus Labios, son rosados como una toronjita, sus dientes, parecen perlas perfectamente alineadas. Su voz, otra vez su voz, es como el canto de las aves en las mañanas y su…..

-¡Hey! ¿Estás bien? Si no quieres no te ayudo, no te preocupes.-

¿Qué? ¿De qué me perdí? Es Jorge, Jorge te quiere ayudar, ¡reacciona! Si sigues actuando así lo vas a espantar. ¿Pero qué hago? No lo puedo evitar. Si se entera que soy Jorgista me va a tratar como a una fan más, y no quiero eso. Esta puede ser la oportunidad de mi vida y no la voy a desperdiciar. Actúa normal Rebeca, como si no lo conocieras, normal….

-EEhh, Sí, sí, ayúdame, yo… sí… si quieres… eehh sí.-

¡Normal! ¡Eso no es Normal! Estoy tan nerviosa que no puedo hablar. De repente veo una sonrisa asomándose de sus labios.

-Ok-

¿Me sonrió? Dios, me sonrió, esto es increíble. Jorge Blanco me está sonriendo y yo no lo puedo creer. De repente lo veo pasar a mi lado, ¡¡¡me pasó al lado!!!,  y recoge mis cosas. Está agarrando mis cosas, ¡Me desmayo! ¡Yo no salgo vivo de esta!

-¿A qué piso vas?-

No sé porque no le puedo responder, estoy hipnotizada, no, hipnotizada no, idiotizada. Definitivamente algo dejó de funcionar en mí. Creo que mis neuronas murieron en el momento en que lo vi parado enfrente de mí.

-V-voy al qui-quinto- me aclaro la garganta porque mi voz salió muy extraña.- Al quinto piso.

-¿En serio? ¡Yo también! ¡Somos vecinos!-

Aaahh Dios mío, se me va a salir el corazón, sí, yo creo que ya se puso sus tenis y va a salir corriendo. ¡Somos vecinos! Y que él lo diga es tan…. Asncjekbdksjnkasna, ni siquiera me acuerdo como se dice eso.

Empieza a subir las gradas y yo me quedo parada en el mismo lugar.

¿Fue real? ¿Esto es real?

Me pellizco para despertarme de una vez, pero nada pasa, me empiezo a pegar en la cabeza pero todo sigue igual… No estoy soñando…

Empiezo a caminar lo más rápido que puedo para que Yoyi no sé de cuenta que me quede parada como tonta en las escaleras.

-Y, ¿Cuál es el tuyo?-

-Es el…..Es el “C”-

-Mira que coincidencia el mío es el “A” están enfrente. ¿Desde cuándo vives acá? ¿No te había visto?-

Cada vez que habla me quedo embobada.

-Ehh, desde el sábado, aah no, el sábado vine a verlo, entonces fue ayer, si… desde ayer.-

-Entonces… ¡Bienvenida!- Y me volvió a sonreír.

Este chico quiere matarme, ¿qué piensa? ¿Que no me afecta esa sonrisa hermosa?

-Jeje ¡Gracias!-

Empezamos a caminar, digo, a flotar, porque yo sentía que iba en una nube. Definitivamente yo ya no estoy en la tierra.

-Llegamos- ¿Por qué no deja de sonreír? Es tan lindo, me dan ganas de agarrarlo y besarlo hasta morir…. Ahh no, perdón, no! Rebeca Contrólate!!

-Je, sí, llegamos. Abrí la puerta del apartamento y Jorge entró a dejar las cosas. ¡Entró a mi apartamento!… y luego salió… -Emm gracias….??-

Dime tu nombre… ¡Vamos!

-Jorge, Jorge Blanco.-

AAAYYYY ¡Mi vida bello! ¡Mi Yoyi hermoso! Tu nombre suena tan bonito cuando lo dices tú.

-Ah, pues gracias Jorge Blanco, yo soy Rebeca Gamboa.

-Un gusto Rebeca Gamboa-

Y morí, Jorge se acercó y me besó……………………. En la mejilla, pero me besó. No respiro, por favor llamen a una ambulancia. No me vuelvo a lavar la cara. Es la mejor cosa que me ha pasado en la vida. Me toco el cachete para sentir el lugar donde Yoyi me dio el besito. Ni siquiera noté cuando Jorge se fue, voltee a ver y él estaba entrando a su apartamento, me vio y me hizo un gesto con la mano. No se cómo yo también levanté la mano, para decirle adiós. Y cerró la puerta, y yo cerré la puerta y no paraba de sonreír. Jorge sabe mi nombre, sabe que existo, sabe que soy su vecina.

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Abro los ojos, el sol entra por mi ventana, los pájaros cantan  y los árboles se mueven al ritmo del viento. No sé porque hoy todo se mira hermoso. Todo es felicidad y siento que va a ser un excelente día.

“Entre mis dos pasiones un solo corazón, tomando decisiones, me quedo con las dos” Estoy espiando a Jorge desde mi ventana… otra vez, pero solo estoy esperando a que el salga. En la noche decidí que voy a aprovechar esta oportunidad que tengo para acercarme a Yoyi.

Y ahí está, veo como abre la puerta. Se mira lindísimo, una camiseta roja, una chumpa, sus jeans y sus tenis. Es impactante verlo en vivo y en directo después de solo haberlo visto en fotografías. Empieza a bajar las escaleras y salgo corriendo como alma que lleva el diablo para alcanzarlo.

-¡Hola, Vecino! ¡Buenos días!

- Buenos días, ¿Cómo amaneciste?

Luego de verte, ¡excelente, mi amor!

-Bien ¿y tú? Perdona por cómo me comporté anoche, así medio rara, lo que pasa es que no es muy común que un chico “extraño”  venga y te ayude y con la inseguridad y eso, nunca se sabe.

- Sí, está bien no te preocupes, te entiendo, yo era muy desconfiado cuando llegué acá.

¿En serio? Ay me lo imagino a él, todo timidito sin hablarle a nadie, que ternura.

-Y… ¿Hace cuánto llegaste?- Me merezco un OSCAR por tremenda actuación.

-Hace como 3 años.

-Woaw es mucho tiempo. ¿Y por qué viniste?

-Vine a trabajar. ¿Y tú?

¡Aja! No me quiere decir que es actor, lo que significa que estoy haciendo bien en fingir que no lo conozco.

-Yo vine a estudiar, me gané una beca en la UBA.

-¿En serio? ¡Qué bueno! O sea que hay una genio aquí.

Aaayy se me derrite el corazón, que sonrisa más hermosa. Me sonrojé, me dijo genio….

-No es tanto, pero gracias.

Salimos del edificio y era hora de decirle adiós al amor de mi vida.

-Bueno me tengo que ir- Le dije mientras miraba esas hermosas esmeraldas que tiene de ojos, y que resaltan más con la luz del sol. Ahora que los veo bien tiene un poco de amarillo alrededor de la pupila. Hermosos……

-Yo también. ¡Qué te vaya bien!

-Gracias Jorge, nos vemos.

Decir su nombre es tan diferente ahora. Él se subió a una combi y yo esperé a que Hilda llegara. No me había ido y yo ya quería volver, quería volver a verlo y a hablar con él. La verdad no sé si eso es bueno o malo, porque si lo sigo viendo lo más probable es que termine 3 metros bajo tierra de tantos infartos que me van a dar. Pero por estar cerca de Jorge y conocerlo, todo vale la pena.





















Conociendo a Jorge BlancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora