Capítulo II

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...Caí al suelo y el encapuchado al lado mio,  me adelanto y agarro un palo,  lo parto en dos y lo amenazo.

-¿Quién  eres?  -Pregunté  anonadado.

-¿Eres tu? -Preguntó con una voz que no olvidaría jamás.

-Creí que no volvería a verte.  -Expuse sin rodeos y ayudándolo a levantar.

-Creíste mal,  además no te hubiera dejado en paz,  pero eres cazador y yo vampiro... No podemos ser amigos.  -Dijo quitándose la capucha.

-Estás  en lo cierto,  necesito llegar al castillo así que te dejo.  -Solté  sin más.

-Lo siento mucho,  pero no puedo permitir que vayas a matar a la reina.  -Se puso en guardia y dispuesto a atacarme.

-¿Qué?  ¿Quién ha dicho algo de matar a la reina?  -Pregunté confundido.

-¿Por qué vas? -Dijo expectante.

-Creo que eso no te importara.  -Respondí evadiendo lo que preguntaba.

Salté y una vez en las ramas volví a escuchar el llamado.

-¿¡Escuchas eso!? -Pregunté desde la copa del árbol.

-No a menos que sea una escusa para tenerme cerca.  -Respondió subiendo y poniéndose al frente de mi.

Nuestras miradas entrelazadas no parpadeaban, era como si nuestras almas ablaran por sí solas y aún así no quise continuar con eso ya que era una estupidez y a parte de eso a mi no me gustaban los hombres.

-No estés nervioso,  no te voy hacer nada...  Jake.  -Dijo sonriendo.

-Ja,  no estoy nervioso,  solo quiero irme y lo haré.  -Respondí empujando a Blake para que cayera y yo poder huir.

Desde tres árboles más adelante me fijé que no se haya lastimado y seguí mi camino,  la voz efectivamente estaba donde yo creía,  en el castillo,  pero no podía entra;  escuché muchos susurros en el pueblo diciendo que yo estaba loco si planeaba entrar por la barrera de las puertas de dicho lugar.

No sabía cómo hacer y no quería que nada me pasara,  solo tenía la opción de arriesgarme y era justo lo que iba hacer. Me aproximé a las puertas y una vez allí la abrí,  mucha gente sorprendida pensó que ya no estaba el hechizo y me tiraron al suelo con tal de pasar,  en cuanto lo hicieron se quemaron muy lentamente en el aire.  Tenía la otra opción que era dejar todo como estaba y volver a casa,  pero algo me decía que no,  así que me arriesgué entrando y no me pasó nada;  las puertas se cerraron y un señor apareció.

-Joven Jake, lo estábamos esperando.  -Dijo el extraño.

-¿A mí?  ¿Por qué?  -Pregunté confundido.

El extraño solo hizo que lo siguiera, llegamos a un salón con dos sillas grandísimo y ahí me hizo esperar, yo odiaba esperar así que me puse a deambular por el lugar;  habían cuadros  de Blake y su hermana,  también estaba la Reina y su esposo.

*Me alegra que estés aquí.  -Expone una voz atrás mio.

-Lamento mucho no poder decir lo mismo señora.  -Respondí cortante.

*Lo sé,  te estaba llamando por una razon.
-Dijo seria. -Desde hace mucho tiempo quería conocerte Jake.  -Finalizó sonriendo.

-¿Por qué?  No entiendo.

*Voy a ser directa y clara contigo,  yo soy tu madre.  -Reveló y yo caí arrodillado.

-Eso no puede ser posible,  ¡Miente!  -Grité llorando.

Mi alma gemela (Jake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora