Vivimos en un mundo en donde confiamos más en un animal que en una persona. Estamos más tiempo frente a un computador que en el aire libre. Donde las personas se odian y se miran con desprecio sin ningún tipo de razón. Juzgamos a la gente sin conocerla, siendo que tal vez esa persona tenga el corazón más hermoso del mundo.
Y donde una maldita más habla de lo mierda que es el mundo.