El Nuevo Mundo (Issac)

capitulo 8

En el tiempo en el que violeta me explicaba como es que sobrevivio la semana en la que estuve desmayado. no dude en bajar las escaleras de la casa, tan solo ver el escenario de cadáveres en el pasillo de las habitaciones me dio un pequeño infarto con asco a la vez, ¿Cómo es que violeta pudo hacer esto?, por ahora no hay manera de explicarlo pero descubrire la forma. El recorrido de ir bajando las escaleras era horrible y asqueroso, había pedazos de carne que la verdad no sabría decir que es, aparte estaba destruida la mayoría de la casa, simplemente un escenario horrible.
Con forme hacia movimientos lo que sobraba de mi herida se iba curando era sorprendente como es que mi cuerpo solo se cura, no se a que se deba o que sea pero gracias a esto estoy vivo.
La entrada de la casa estaba casi destruida por completo, (sigo sin entender que es lo que ah hecho esta niña)
Violeta baja con dos mochilas, aquellas mochilas que yo le entregue a violeta cuando recién llegamos aquí, las cosas estaban intactas, violeta me comenta que guardaba lo que creía importante y al parecer son muchas cosas pero a un a si la mochila no se llena, me gusta lo grande que es..
Violeta me entrega una camiseta color café y una sudadera color negra, sin importarme su presencia me cambie frente de ella, se que no es indicado pero ya quería tapar el agujero que traigo en la camiseta que traigo. me gusta su mirada indiferente que me da, no le importo mi acción, aunque aquel ojo rojizo me llama la atención, para ser honesto sus ojos me parecen hermosos pero con el ojo izquierdo color rojizo con un toque todavía de verde me intriga mucho y me llama mucho la atención aunque aquella mirada de inocencia nunca cambia.
Extrañamente no siento hambre, después de esos 10 dias que estuve desmayado, no siento hambre, creo yo que fue aquel escenario que vi cuando recién desperté.
A lo lejos, a través de los arboles puedo visualizar un hombre con una capucha color negra observándonos, hagarro a violeta se la mano y la subo por las escaleras de una manera un poco brusca, de igual manera subo yo, violeta dice:
-¿Qué es lo que estas haciendo?, me lastimas.
-disculpame no te quice hagarrar a si, perdona pero es que tendremos que irnos ya.
-¿Por qué?!
- ¿no ves a tu derecha aquel hombre entre los arboles?
- si, maldición! es uno de los malos
-¿Cómo de los malos?
- si, recuerdas que te dije de los hombres y mujeres encapuchados?, pues ese es los que querían entrar a la casa desde que murió Octavio
-es mejor irnos ya.
No tengo muy claro a qué se refiere con "hombres malos" sin embargo no quiero averiguarlo. Agarro las mochilas y me dispongo a salir de la casa por la parte trasera.
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Saliendo de la casa agarro a violeta de la muñeca para poder caminar sin que ella se adelante mucho o se atrase. Nuestros pasos eran lentos pero ante gran silencio se escuchaban el tronar de las hojas secas del campo, el sol brillaba en un hermoso atardecer, el cielo color amarillo opaco y el viento fresco me hacían recordar muchas cosas, pero lamentablemente no es tiempo de recordar.
Mientras caminaba mis detrás de la casa no podía apartar mi vista de las ventanas pues al parecer aquellos hombres encapuchados se acercaban más y más a la casa, ellos notarial nuestra presencia al cruzar al bosque a sí que en vez de cruzarlo de lado izquierdo seguiríamos caminando de espaldas de la casa.

Todo iba perfecto, violeta no hacia ni un ruido, el sonido de las ramas secas seso pues el pasto aquí está minimo, una explosión fue lo que nos hizo exaltarnos, no tengo muy claro que fue lo que explotó pero estoy seguro que fue de la casa, el rostro de violeta me mostraba su inseguridad, ella sabía que lo que venía iba a ser un poco desafiante para ambos, ella me miraba y yo la miraba a ella. Un ruido nos interrumpió en nuestros pensamientos compartidos, era el grito de uno de aquellos encapuchados que se dirigían a gran velocidad a nosotros. Agarre a violeta de la mano y empezamos a correr con dirección al bosque, mi velocidad no era mucha pero violeta no me podía seguir el ritmo a sí que mejor la tomé y la cargué en mis brazos, de esta manera yo iba a poder correr mejor.

-Violeta hagas lo que hagas no te sueltes de mi, ¿Ok?

-¿Vamos a morir?

- Si sigues distrayendome, si