-Alteza, no creo que sea buena idea dejar que el príncipe Hans se quede aquí. Podría hacerle daño a usted y a su hermana, ha cometido traición a su moral, y debe ser castigado bajo la palabra de su reino -le susurró Gregory en un pobre intento por hacer cambiar de parecer a la monarca, claro que desde una distancia considerable de la ojiazul.
-Está encadenado, ¿qué daño podría hacernos? -respondió Elsa dándole la espalda a su consejero, mientras veía por la ventana al rey Marco charlando con su hijo menor y unos cuantos hombres bajando el equipaje de la carroza frente a la entrada del castillo.
-Majestad, ¿acaso no recuerda lo que estuvo por hacerle?
Ella cerró los ojos al tiempo en que aislaba todo sonido en su alrededor.
-¡Elsa, no!
Crack.
-Todos merecemos un nuevo comienzo, ¿no lo crees Greg? -ella giró un poco su rostro, para poder echarle un vistazo.
-Por supuesto mi reina pero... -su voz se fue apagando.
-Sólo hay que intentar tratarlo de manera cordial e indiferente. No pido que me comprendas, sólo que obedezcas. ¿Podrías hacer eso, en honor de mi padre? -terminó por voltearse, para quedar cara a cara con él.
Gregory asintió, con la mirada en bajo y un rostro fruncido. No podía hacer más que hacer lo que se le pedía.
-Como usted ordene -contestó.
Ella sonrió de lado, que rápidamente se desvaneció.
-¿Ha llegado alguna carta de mi hermana? Prometió no cortar comunicación alguna conmigo -caminó a su escritorio, con la esperanza de encontrar algo que le indicara si la menor estaba bien.
-Aún no alteza. Pero no se preocupe. Seguro está pasándola muy bien en su luna de miel junto a Kristoff -con su mano hizo un gesto desdeñoso.
-Eso espero -dijo en bajito, no esperando a que respondiera.
El profundo silencio, incómodo y cansado que se había instalado se vio interrumpido cuando el hombre de baja estatura se marchó de la sala. Seguramente algo olvidó hacer, porque su expresión se vio sonrojada y asustada.
Ella relajó su postura y se dejó caer en su asiento frente al escritorio.
-Esto de ser una reina seria no va conmigo -murmuró, riéndose de sí misma.
Se sacó los guantes. Y comenzó a jugar con sus dedos, formando pequeñas figuritas a la altura de sus ojos.
-Ay Annie, me siento muy sola sin ti -hizo un puchero, cuando no logró crear una Anna de escarcha.
-Listo, señor Michael. ¿Qué más debo hacer? -un hilo de voz, masculina y fina pudo traspasar las paredes, llegando a los oídos de Elsa, quien pronto se halló parada, asustada sin razón alguna.
ESTÁS LEYENDO
Qᴜᴇʀɪᴅᴀ ᴇʟꜱᴀ, ᴛᴏᴅᴏꜱ ꜱᴏᴍᴏꜱ ᴍᴏɴꜱᴛʀᴜᴏꜱ | COMPLETA
FanfictionHans es desterrado de sus tierras para que cumpla con su castigo, de vuelta en Arendelle. Y hasta que no arreglara su actitud, no regresaría. Mientras tanto Elsa, con duda pero siempre atenta a ayudar a todos, acepta que el pelirrojo se quede. ¿El...