A Shadow of You ✿ Taekook

➳ IV

Dejando escapar una risa, el rubio saqueó a su mejor amigo aún más profundo, alentando al otro hombre a abrir más la boca, sus afectos se volvieron casi un poco demasiado imprudentes.

Con los ojos aún llenos de emoción, Taehyung decidió que habría de divertirse al máximo, mínimamente hasta que la medicina desapareciera del menor. Sin embargo, hasta que ese momento llegase, el saber que tenía un control completo sobre su situación, atraía el deseo de gritar en voz alta, como si estuviese declarando su conquista.

Manteniendo sus ojos en Jungkook, observó la mirada aturdida, el hermoso rubor carmesí que adornaba su piel clara, la forma en que su camisa se había deslizado hacia arriba desde que habían estado luchado entre sí, permitiendo que una pizca de su vientre fuese expuesto a miradas lascivas. Lamiendo sus labios al ver su "comida" frente a él, Taehyung le dio al menor una última sonrisa antes de sumergirse, con la intención de ahogarlos en la abundancia del placer.

El rubio no perdió el tiempo, llenando con avidez el cuello del Jeon con besos húmedos que fuerom esparciéndose hasta llegar a su clavícula, descendiendo lentamente hasta llegar a sus pectorales. Frenéticamente, tiró de la camisa del otro chico, gruñendo de frustración cuando la tela de alguna manera logró retorcerse alrededor de su codo. Teniendo cuidado de no tirar con demasiada fuerza y ​​sin querer quitarle el brazo al contrario, desenrolló la camisa y la lanzó contra la pared del fondo, inclinándose una vez más hacia delante y abriendo la boca para lamer y morder los pezones ajenos, mostrando sus dientes como un animal desquiciado.

Se movió más abajo, usando sus labios como un marcador invisible para rastrear la piel de su compañero, deteniéndose justo antes de donde estaba el borde de sus pantalones.

Al ver la sutil y palpitante virilidad de Jungkook, el Kim dejó escapar una sonrisa divertida, riendo suavemente para sí mismo.

—Estás tan emocionado… —murmuró el rubio juguetonamente mientras frotaba su nariz contra la dura erección de su amigo, sus dedos deslizaban lánguidamente la cremallera hacia abajo— ¿No te dije que eres incluso más hermoso cuando estás debajo de mí?

Jungkook no le respondió, perdido entre la niebla de los efectos de la inyección. No es que Taehyung estuviera esperando que lo hiciera de todos modos; le pareció perfectamente agradable que su mejor amigo fuera tan dócil como lo era en ese momento, por lo que se estiró por un momento, acariciando el costado del rostro que adoraba tanto. Con el pulgar alrededor del ojo derecho, el otro hombre se apoyó en el toque del rubio, dejando escapar un suspiro de satisfacción.

Finalmente, retirando su mano, Taehyung alentó al menor a levantar sus caderas, deslizando los calzoncillos junto a los pantalones vaqueros hasta sus tobillos, disfrutando del estremecimiento de la luz que se arrastraba por su espina dorsal. Sonriendo ante la vista frente a él y sin ningún tipo de advertencia, tomó el pene de Jungkook profundamente en su boca, gimiendo junto a su compañero en el suelo cuando este último dejó escapar un grito ahogado, sus ojos se ensancharon ante la sensación de calidez en su ingle.

Instintivamente, los dedos del menor intentaron aferrarse a cualquier cosa que se encontrara a poca distancia, apenas logrando encontrar seguridad en una de las otras inyecciones que estaban inocentemente cerca de él. Su corazón dio un vuelco ante la revelación.

Taehyung era sorprendentemente agudo y observador, incluso en este estado. Sin duda sentiría lo que estaba tratando de hacer, si acaso se le ocurría intentar tomar una. Siendo este el caso, no podía intentarlo todavía... todavía no.

Tomando una decisión rápida, las manos de Jungkook optaron por agarrar el cabello de su compañero, acercando más la cara de su hyung, para llevar su longitud más profundo.
La lengua del rubio giraba y lamía alrededor de la cabeza, su saliva corría arriba y abajo del eje. La boca de Jungkook se abrió ligeramente, separando las piernas para acomodar a su mejor amigo por un segundo, antes de decidir envolver sus piernas alrededor de la parte superior de la espalda ajena, con los dedos de los pies curvados en éxtasis.