The Dealer

Hacha de guerra

Leo retiró su lanza y volvió a atacar otra vez. El mismo sonido reverberó a lo largo de la sala, chillando y desapareciendo, y así varias veces hasta que otro sonido se escuchó de repente. Un trozo de metal golpeó el suelo con firmeza, después de ser desprendido de su lugar original. El resultado fue una derrota. La lanza de Leo había sido rota por la mitad de la hoja y esta se había desprendido. La otra lanza solo de había agrietado un poco más profundamente de lo usual. Y aunque esta vez era cierto que su arma había resistido varias veces más que las otras veces, no había conseguido ganar.

Con ojos tristes, Leo recogió la punta de la lana del suelo y la puso en su inventario junto al resto de esta. Después, agarró la lanza que había sobrevivido a un montón de ataques y la blandió unos momentos. El tacto se sentía frío, como si el material siempre hubiera sido de esa forma y nunca hubiese sido forjado. Pero la estabilidad, peso, filo, balance, todo era perfecto en esta. Blandir la lanza de hierro era como blandir otra parte de tu cuerpo. Ni siquiera una gran grieta había comprometido la estabilidad del arma. Asombrado, Leo ya no dudó más. Si quería ser rico con una tienda de armas, entonces no podía hacer más que aceptar la habilidad y titulo que le fueron dados y aprovecharlos al máximo.

Durante sus experimentos, Leo se dio cuenta de que su habilidad también permitía reparar y mejorar armas y armaduras de todo tipo siempre que se contase con todos los materiales. Echando la Lanza de hierro a la pantalla azul, la cual era el menú de la habilidad, vio como la pantalla volvía a cambiar.

<¿Desea fundir Lanza de hierro grado E?>

<¿Desea reparar Lanza de hierro grado E?>

<¿Desea mejorar Lanza de hierro grado E?>

Por el momento, Leo había probado ya las opciones de fundir y reparar. Fundir daba lugar a un lingote de hierro, justo como el original y reparar restauraba la lanza a su mejor estado utilizando materiales. El único que no había probado era mejorar. Primero porque gastaba muchos materiales dependiendo del arma, segundo porque dependía de la imaginación otra vez, aunque a diferencia de la creación del arma, esta vez no había que pensar en una evolución para esta, sino que automáticamente se generaba un modelo a partir de la mente de Leo. Finalmente, la tercer razón era porque Leo aún no se había rendido con su propia herrería. Pero con tal de seguir experimentando y ahora que se había rendido con su herrería, debía de al menos probar la tercera opción. En el momento en el que pulsó la tercera opción en el menú, aparecieron una lista de elementos necesarios para la mejora de la lanza, así como un modelo de la evolución de esta. 

Lanza de hierro grado D :

[Hierro: 0/5kg]

[Madera: 0/1kg]

[Obsidiana: 0/200g]

Leo miró la lista y quedó algo confuso. El metal y la madera eran materiales utilizables para crear el arma, pero, ¿la obsidiana?. Leo consideraba que sería innecesario para el filo o cualquier parte importante. Así que observó de cerca la imagen de la lanza de hierro grado D. Aunque a primera vista era muy parecida a la lanza de grado E, el filo esta vez era mucho más grueso y puntiagudo y afilado. El mango también era más grueso y al final de este, había una zona donde solo madera estaba colocada terminando la lanza. A primera vista Leo no consiguió ver la obsidiana por ningún lugar así que se dio por vencido. Después de añadir los cinco kilos de metal y la madera, cerró la ventana. Ahora mismo ya eran más de las once de la noche así que no encontraría ninguna tienda de herrería abierta. Después de recoger todo un poco y limpiar, lanzó diez lingotes de metal más a su inventario. Uno de estos pasó directamente al menú de creación ya que estaban conectados y Leo puso en marcha la creación de cinco espadas largas y cinco lanzas. Solo se podía crear un objeto al mismo tiempo, así que puso en cola todo lo demás. En realidad la habilidad era muy eficiente, ya que podía estar trabajando durante horas sin descanso incluso mientras él dormía y así, mientras hubiera el material necesario en el inventario, se seguirían creando las armas que él había programado.