Arte [YM][COMPLETA]

Único.

✔ Capítulo editado

— ¡Solo un poco más Hoseok! ¡Ya casi!

— ¡Ahhh!

El menor alentaba a su amigo pelirrojo a llegar hasta el piso con sus piernas abiertas en un semi Split. Él ya se encontraba en esa posición mientras veía como Hoseok luchaba contra su elasticidad intentando formar esa perfecta recta de 180° para aquel número de baile que ambos querían montar.

— Solo... Un poco... Más...

— ¡Vamos Hobi Hyung! ¡Usted puede! — alentó Taehyung desde la otra esquina del lugar mientras que con sus dos manos tomaba mejor su celular para capturar fotos de las divertidas caras que Hoseok ponía.

— Dos y tres... cuartos... — Hoseok pudo sentir como una pequeña gota se deslizaba por su frente hasta perderse en su cuello antes de volver a retomar su camino hacia el piso con sus dos piernas bien estiradas — Y...

— ¡Más Hyung!

— ¡Y... Tre-!

¡Rass!

El sonido de una tela siendo desgarrada interrumpió el conteo del mayor haciendo que los tres chicos guardaran completo silencio. Hasta que...

— No puede ser.

— ¡Oh por dios!, ¡ESTO VA PARA ESTADO HYUNG!

— ¡¿Qué!? ¡No! ¡Taehyung ven aquí!

Hoseok se paró lo más rápido que pudo para así salir detrás de su amigo que había huido por la puerta hacia el patio del instituto mientras que JiMin no dejaba de reírse en el piso por el reciente acontecimiento.

Al paso de unos segundos, su risa comenzó a cesar dejando una pequeña sonrisa ante el recuerdo de su amigo y la abertura en sus pantalones. 

El rubio se levantó del piso no sin antes beber por completo la poca agua que quedaba de su botella, para después acomodarse su cabello y tomar la chaqueta que le pertenecía a su Hyung y llevársela. Aunque ya era un poco tarde, algunas personas solían pasar por los patios traseros a estas horas y JiMin sabía que su Hyung ya había pasado demasiada vergüenza el día de hoy como para sumarle más. 

Se asomó por la puerta antes de caminar un poco y escuchar a lo lejos el sonido de las risas que Taehyung soltaba seguidas de las amenazas que el pelirrojo gritaba hacia su menor.

Sonriendo, JiMin cerró la puerta de la sala donde siempre practicaban y se dispuso a seguir a sus ruidosos amigos por los pasillos.

Cuando las risas empezaron a ser cada vez menos audibles hasta cesar JiMin se dio cuenta que sus dichosos amigos no se habían ido rumbo al patio trasero. Su mano desocupada se levantó para pasarla por su nuca mientras pensaba en donde podían haberse metido sus amigos. 

Con un chasquido hecho por su lengua, dio media vuelta y se dirigió hacia otro pasillo.

Cabía resaltar que, aunque ya tenía tres meses practicando en las aulas de la institución, jamás se había dado el gusto de merodear por todos los salones y corredores del amplio lugar.