THE SKY PEOPLE.

CAPITULO 7

Despierto de mi placido sueño al escuchar murmullos a mí alrededor. No abro los ojos, sé que en cuanto los abra la realidad me golpeara aún más fuerte así que prefiero seguir fingiendo que duermo, fingiendo que todo está bien.

Unos fuertes brazos me cargan, uno me sostiene por la espalda y otro está bajo mis rodillas, al estilo nupcial. Mi cabeza esta recargada en el pecho de la persona, puedo sentir su corazón desbocado latiendo sin parar.

–Bellamy –Habla una voz cerca de mí, suena madura, demasiado grave para ser de mujer–. ¿Es ella?

–La única sobreviviente –La voz de Bellamy se escucha justo arriba de mí, él es quien me está cargando. Ese simple hecho hace que me ponga nerviosa–. Tiene que venir con nosotros.

Una breve pausa sigue en la conversación donde yo aprovecho para tranquilizar mi respiración.

–Mucha gente la va a mirar mal, Bellamy.

–Los chicos no, Kane –Aclara el sacudiendo un poco los brazos para sostenerme con más fuerza–. Ella nos ayudó bastante, arriesgo más que cualquiera de nosotros.

–Si decide quedarse con nosotros depende de ella –Dice el hombre–. Siempre será bienvenida, es lo menos que podemos hacer y... ¿Bellamy?

– ¿Si? –Pregunta el aludido

–Lo hiciste bien. –Escucho como unas pisadas se alejan de nosotros y supongo que es Kane alejándose.

– ¿Por qué no se siente como tal? –Murmura Bellamy para sus adentros pero alcanzo a entender perfectamente.

Es entonces cuando me pregunto que hubiera hecho yo en su situación. Tener que elegir entre mi gente o la de él, entre mi familia o la suya. La decisión que tomaron el y Clarke fue la mejor para salvar a su gente. De alguna manera los míos eran los malos de la historia, si nos dejaban vivir nosotros tendríamos que seguir matando a cientos de personas para poder sobrevivir.

Una lagrima brota de mi mejilla entendiendo finalmente, el fin de los míos significa la dicha de todos los demás. Bellamy no nos condenó a todos los de Mount Weather, al contrario, salvo a miles de terrícolas que tendrían que morir en caso de que nos dejaran vivir.

Y yo fui tan cruel con él al restregarle en la cara sus acciones.

Me remuevo entre los brazos del chico, abro mis ojos encontrándome con su avergonzada mirada. Avergonzada por lo que hizo, culpable.

–Bellamy... –Murmuro sintiendo mi voz áspera después de tanto haber gritado, de tanto haber llorado. Trato de incorporarme un poco aún en sus brazos. Puedo escuchar el murmullo de muchas personas a nuestro alrededor, aun así no me he tomado la molestia de mirar a otra parte que no sean los ojos de Bellamy, sus obscuros ojos que tanto me atraen como si fueran imanes.

– ¿Estas bien? –Pregunta el sosteniéndome con más fuerza al notar mis movimientos. Una lagrima cae por mi rostro y noto como el agacha la mirada–. Lo siento –Dice sin mirarme–. Después de que me salvaras la vida yo te correspond...

–Ey, no –Murmuro mirando sus facciones detenidamente. Es mayor que yo, sus ojos me lo dicen, su perfil, su forma de hablar. No le doy importancia a que haya personas a mi alrededor, pongo mis brazos alrededor del cuello de Bellamy y le doy un abrazo, tal como el hizo conmigo cuando yo lo necesitaba.

Bellamy se inclina para dejarme en el suelo. Yo aun con mis tacones tengo que ponerme de puntitas para rodear su cuello por completo. Siento los brazos de Bellamy alrededor de mi cintura, apretados fuertemente.

–Está bien –Susurro en su oído con mis ojos cerrados. El aprieta la mandíbula y esconde su cara en mi cuello–. Te perdono, hiciste lo correcto. –El aprieta más el abrazo y roza mi cuello con su nariz provocándome un escalofrió. Acaricio su cabello con mis dedos–. Te perdono...