CAPITULO 4

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–No puedo creerlo –Murmuro esforzándome en moverme por el maldito sistema de ventilación.

Cuando nos reunimos con Raven y Clarke, todos concordamos que los chicos son más importantes así que llegar al lugar donde los tienen de rehenes es nuestra prioridad. Por desgracia cuando saque mi mapa para observar todas las rutas que dan hacia ese cuarto, solo había una disponible. Por el sistema de ventilación. Así que aquí estamos, Bellamy enfrente siguiendo señas de las chicas y yo atrás luchando por no morirme de calor y recordándome a mí misma que Bellamy es mi responsabilidad y que todo esto es para un bien común.

¿Ahora donde estas, Bellamy?

–En una intersección –Informa.

Me acerco un poco más tratando de ver y, efectivamente hay como 5 intersecciones a las cuales podemos ir.

Creemos que estas cerca, el laboratorio debe quedar justo enfrente.

– ¿Puedes ser más específic...?

–Espera... –Lo interrumpo frunciendo mi ceño, ese ruido. Estoy segura de que es un taladro–. A la derecha –Ordeno dando unas palmadas en su pantorrilla.

–De acuerdo –El comienza a avanzar sumiéndose a un más en la obscuridad. Llega el punto donde el tubo desemboca en una cámara un poco más grande, Bellamy baja con cuidado poniéndose de pie en el piso de metal–. Ven aquí –Se acerca. Logro sentarme en el borde del tubo de ventilación, pongo mis manos en sus hombros y él rodea mi cintura con sus manos para ayudarme a bajar.

–Gracias –Digo observando el suelo de metal, ignoro mis pensamientos pesimistas que me repiten una y otra vez que este material no es muy resistente. Levanto la cabeza encontrándome la cara de Bellamy aún muy cerca, sus manos siguen en mi cintura. Mis mejillas se encienden al ver sus ojos obscuros observarme atentamente, como si fuera algo que no logra comprender. Carraspeo un poco mi garganta cuando el taladro vuelve a sonar– Vamos.

Dentro de este pequeño cubículo metálico unas franjas de luz nos indican que estamos en el laboratorio. Miro atentamente por las franjas de la ventilación. La Doctora Tsing acaba de sacar una gran jeringa del cuerpo del muchacho, al ver el obscuro líquido rojo deduzco que es la medula ósea del chico.

– ¿Listo para el ultimo tratamiento que necesitara en su vida, teniente? –La voz de la Doctora hace eco en toda la habitación. Ella inyecta la medula ósea por el pequeño círculo que sobresale del cuerpo del teniente Emerson.

Instantáneamente mi mano se dirige a mi pecho, donde tengo el mismo dispositivo insertado. Removerlo es una operación sencilla pero estaría sentenciándome a muerte, es por donde recibo los tratamientos una vez al año.

–He esperado toda mi vida para ello –Contesta Emerson sentado en la camilla.

–Volvamos al ejército secreto que la chica dice tener –Una nueva voz se une a la conversación y no me sorprende ver al hijo de Wallace ahí presente–. ¿Te dijo algo que nos pueda ayudar a encontrarlo? –El taladro vuelve a escucharse fuertemente. Veo la mueca que hace Cage al ser interrumpido–. ¡Deja ese taladro! –Grita.

–El tiempo de extracción tras la muerte es muy corto, Cage –Lo regaña la Doctora Tsing.

Mis ojos se empañan en cuanto escucho esas últimas palabras. Cubro ligeramente mi boca con una de mis manos para no soltar ninguna exclamación. Agacho la mirada, llegamos muy tarde.

–Solo necesito un minuto –Reclama.

–No, señor. Nada sobre el ejército –Habla Emerson– Ella dijo que vendría por usted. Pero que si dejamos que su gente se vaya, ella dejara que la nuestra viva.

THE SKY PEOPLE.Where stories live. Discover now