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Para empezar, YoonGi nunca quiso esto... Estaba a unos pasos de Jeon JungKook y una muy posible (segura) pasada de vergüenza; es que no tenía siquiera una línea de introducción para comenzar esa conversación.

Se acercó con lentitud queriendo alargar su pronta caída a la pena; el capitán del equipo guardaba unos libros en su casillero, tenía un rostro relajado y parecía no tener prisa con salir del instituto.

"Cálmate YoonGi; lo llamas, cuentas la verdad y ya está"

—Ey, JungKook—la rasposa voz del pelinegro se escuchó justo después de que el locker fuese cerrado.

—YoonGi-hyung, que sorpresa encontrarte aquí aún, pensé que te vería hasta mañana—Jeon le sonrió mostrando aquellos dientes frontales con alegría.

—Sí... verás, necesito hablar contigo—no perdió el tiempo; Min quería salir de esa preocupación desde ya, pues la cena estaba programada para el día siguiente y él no podía darse el lujo de atrasarse con eso.

Kook frunció el ceño. Era extraño viniendo de alguien con quien mantuvo una comunicación... inestable, y no porque no le agradara el amigo de NamJoon, sino porque este parecía muy corto de palabras—. ¿Qué sucede?—preguntó con la curiosidad a tope. 

—Te debo una disculpa, JungKook—aquí venía su magnífica forma de contar la verdad.

El castaño de porte saludable rascó su cabeza con una pizca de confusión y unas cuentas gotas de curiosidad; según él, Min YoonGi jamás ha hecho algo por lo que deba disculparse.

—Hyung, discúlpame tú por no entender de qué hablas, ¿pero qué tratas de decir?—acomodó su bolso en el hombro.

"Créeme niño, incluso yo busco cómo explicarlo"

—Estoy hablando de... mi otro yo—hizo una mueca por la inseguridad con la que había dicho eso—. Quiero decir, creo que sabes que soy nuevo en este lugar y que la mayoría piensa que soy un poco excéntrico.

Jeon asentía con lentitud a cada palabra mencionada queriendo entender el punto de la conversación.

—No me porté muy bien que digamos en mi anterior escuela y estoy hablando de un lugar muy disciplinado.

—¿Estás diciendo que por tus malas acciones en ese lugar llegaste hasta aquí?

—Sí.

—Hyung, sigo sin entender por qué me pides disculpas a mí—una risita nerviosa se escapó de él.

—Tuve que hacer ciertos trabajos para salir ileso y permitirme un cupo aquí, JungKook.

JungKook le miró esperando por más información; con esos ojos redondos que parecían inocentes y expectantes.

—Aparte de la exorbitante cantidad de trabajos extra, hubo un proyecto del cual me avergüenzo mucho. En especial, porque conviviste con ella.

JungKook unió algunas piezas, y así como cuando un ladrón abre una caja fuerte, en su cabeza logró oír un click por lo que su hyung muy apenado le contaba.

—Cuando decías sobre tu otro yo, hablabas de YoonJi, ¿cierto? ¿te obligaron a fingir ser dos personas? ¿por qué? ¿eso no es ilegal?—las preguntas salían disparadas rápidamente y con tanto afán, que YoonGi quiso escapar.

—Prefiero no hablar sobre mis malos actos, JungKook... Sólo quería que supieras la verdad y no pasar un mal momento mañana por algo relacionado a alguien que no existe.

—No te preocupes, entiendo tu situación... aún así, ¿en dónde estudiaste?

—Uhm, el uniforme es todo negro y usan una corbata roja—empezó explicar.

—¡Ah, esa escuela! Su nombre empieza con una d, ¿cierto?—Jeon había captado enseguida, aunque la verdad, ese lugar no era muy estricto que digamos.

YoonGi asintió.

—Que extraño, mi primo estudia ahí y jamás me contó algo así.

—Co-como ya te dije, era muy rebelde.

[...]

NamJoon fruncía el ceño y un mohín de disgusto se pintaba sobre su rostro, llevaba al menos cinco minutos intentando obtener la atención de TaeHyung.

—¡Oh vamos, Tae!—soltó un alarido—. He venido a disculparme contigo y darte explicaciones, ¿por qué eres así? 

El cabellos caramelo se giró por fin a verlo con un semblante serio—. NamJoon hyung, eres un descarado.

—Y tú eres muy dramático.

—¿Y quién tiene la culpa?

—Kim TaeHyung—NamJoon lo tomó por los hombros—, sé que fui un malísimo amigo y que probablemente no merezco tu perdón. Pero quiero que sepas la verdad.

—¿La verdad?

—Cien por ciento real. 

—Continúa.

[...]

Como una cálida costumbre, NamJoon y YoonGi compartían el mismo lugar del autobús como el primer día que se vieron después de mucho tiempo.

Iban pegaditos y tomados de la mano; el frío era muy conveniente en ese momento—. ¿Cómo te fue?—NamJoon preguntó con interés.

—Supongo que todo quedó bien... parecía convencido. ¿Y lograste hablar con TaeHyung?—aún así, el interés de YoonGi era más grande.

Un suspiro largo escoltado por una sonrisa de hoyuelos fue su respuesta—. Después de obligarme a comprarle un nuevo videojuego y que le contara la verdad, todo regresó a la normalidad.

—¿En serio le contaste?—una mueca de vergüenza se dejó ver en su rostro.

—No te preocupes, Yoon—el peligris le regaló un beso en la sien—. Es un buen chico; es curioso y aún así no dirá nada.

El pelinegro se dejó caer sobre su no tan compañero, reposando su cabeza sobre el hombro de NamJoon se puso a pensar en qué hubiera sido de él si Kim no se hubiera vuelto a aparecer en su vida otra vez.

Su amigo de la infancia, que curiosamente era hijo de la amiga de su madre.

NamJoon hacía que su corazón se sacudiera de la emoción, que sus mejillas siempre estuvieran de un suave color rojo, que no faltara un día en donde no recibiera un beso o un abrazo.

—¡Auch!—Kim exclamó por lo bajo al sentir el pequeño pellizco en su pierna—. ¿Y eso por qué?—susurró adolorido sin poder ver el rostro del felino YoonGi.

—Porque me gustas, idiota.

Min YoonJiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora