Los tenebris fabula son monstruos que inspiraron las más oscuras fábulas alrededor del mundo. Los venandi fabula son los que inspiraron las historias más hermosas de héroes y princesas.
El encuentro entre un antiguo tenebris y un joven venandis har...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—Yuri, necesito que investigues algo por mí.
—Viejo, esta noche estoy ocupado.
—Tu juguete no se va a ir. Puedes conservarlo si me consigues la información que necesito.
—¿En verdad? —el susurro de Yuri apenas podía contener su alegría al saber que Víctor le permitiría conservar el venandis. Usualmente, luego de un par de días, el mayor le pedía que se deshiciera de cualquiera que fuera el juguete que tenía. Eso, supuestamente, para evitar que se obsesionara con alguno. Por ser joven, sus emociones a veces corrían de forma descontrolada y cada vez que encontraba y algo en lo que concentrarse, ponía toda su energía en ello.
—Solo contrólate un poco cuando juegues con él. Anoche apenas pude descansar.
—Sí, lo intentaré.
Yuri subió al segundo piso y abrió la puerta de la habitación donde estaba Jean con una sonrisa. El venandis se encontraba tirado sobre la cama, incapaz de moverse gracias a la forma en que el monstruo lo había atado a ella. Su cuerpo mostraba pequeñas cortaduras, con una precisión asombrosa que dibujaba un patrón exacto sobre su piel. Jean tembló al tener la consciencia suficiente para notar su presencia en el interior de la habitación.
—Tienes mucha suerte. Tengo tarea esta noche. Pero mañana vendré a jugar contigo sin falta —se estremeció al sentir una caricia sobre la piel cortada y jadeó de dolor y miedo. —Sin embargo, no quiero irme sin atenderte como es debido.
Fue a la mesa donde había puesto las cosas que estaban en la mochila y sacó una botella de vodka que llevó a la cama. —Con esto desinfectaré tus heridas. ¿No te parece que soy muy amable?
Jean sintió el ardor en la piel como una llama de fuego haciendo que su cuerpo se estremeciera involuntariamente. Gritó mientras Yuri continuaba vertiendo el alcohol sobre su piel, incapaz de contenerse, las heridas eran demasiadas. Su mundo estaba tan sensible que no podía hacer otra cosa.
El cuerpo se le puso frío y luego de lo que le pareció una eternidad, el dolor se fue calmando. Solo entonces notó que Yuri se había ido y había desatado sus extremidades. Se arrastró como pudo encima de la cama hasta ver la jarra con agua que el rubio usaba para drogarlo. Se la tomó sin pensarlo demasiado, como si fuera un antídoto para el dolor, que lo era porque lo noquearía en segundos. Era el único alivio que podía conseguir en ese lugar, aunque luego fuera incapaz de defenderse.
Despertó al día siguiente, con la cabeza en las nubes mientras el rubio lo arrastraba por los cabellos hasta la mesa.
—Come —gruñó el rubio muy cerca de su rostro. Vio sobre la mesa un vaso y un plato con algo que le pareció alguna crema. Tomó la cuchara y probó un bocado. Era obvio que la crema no había sido sazonada. Quiso vomitar en esos momentos y por alguna razón el monstruo enrojeció de la ira. —Maldito desagradecido. Si no te gusta por mí te puedes morir de hambre.
