Los tenebris fabula son monstruos que inspiraron las más oscuras fábulas alrededor del mundo. Los venandi fabula son los que inspiraron las historias más hermosas de héroes y princesas.
El encuentro entre un antiguo tenebris y un joven venandis har...
Este capítulo contiene una escena gore, tengan discreción.
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Víctor dio un largo suspiro cansado al confirmar que su pequeño monstruo no estaba por ninguna parte. Al entrar a la habitación que le había servido de jaula al venandis para inspeccionarla pudo constatar que era todo un desastre. Yuri era demasiado destructivo. Tendría que llamar al equipo de limpieza y remodelación nuevamente, además de que tendría que sacar tiempo para hablar con Yuri.
El rubio, por su parte, apenas estuvo fuera de la vista de Víctor, se había levantado dando tumbos para escapar al exterior de la mansión. Se maldijo a sí mismo por haber perdido el control frente a su mentor, se sentía demasiado avergonzado, especialmente cuando sabía que todavía no le llegaba ni a los tobillos.
Aun dando tumbos logró transformarse, logrando correr un poco más aprisa hasta los terrenos aledaños a la mansión. El lugar estaba rodeado de una densa vegetación, pero había una especie de monte desde el cual podía observar la casa y la ciudad a la vez. Una vez allí, contrario a lo que cualquier pudiera pensar, en vez de desatar su furia, se sentó con la enorme cabeza agachada.
Le era tan fácil perder el control que no entendía cómo era que Víctor podía mantenerse firme con tanta gracia. Lo consideraba algo vergonzoso, pues era el único que tenía el título de aprendiz del tenebris mayor.
En realidad, no odiaba al venandis, al menos no genuinamente. De haberlo odiado lo habría hecho pedazos desde el primer encuentro. Jean Jacques era solo un juguete más para él y sus juguetes siempre terminaban rotos en poco tiempo. Sin embargo, el venandis ya había logrado sobrevivir todos esos días, casi una semana y eso era toda una hazaña. Con todo, no valía la pena haber atacado a Víctor por su causa.
Era mejor pasar la noche fuera de la casa, aclararse la cabeza y pensar con más sensatez. Eso haría feliz a Víctor más que armar una pataleta porque le había quitado su juguete. Realmente quería ser fuerte, como el tenebris le había enseñado. Pero en el fondo sabía que ser fuerte solo lo llevaba por un único camino... tarde o temprano se enfrentaría a Víctor.
Sabía que los monstruos no debían sentir gratitud, pero él la sentía. Tal vez su propia sangre no era tan pura y antigua como la del monstruo de ojos azules porque no había ninguna explicación para sus sentimientos.
Dio un resoplido molesto y cerró los ojos. Dormiría esa noche fuera de la mansión y al día siguiente intentaría hacer contacto con el amigo de Jean Jacques y ver si podía divertirse un poco con él. Tal vez si lo seducía y hacía que se olvidara de buscar a ese supuesto amigo, eso podía convertirse en una nueva forma de torturar al venandis. Además, era un experimento que Víctor aprobaría, estudiar la lealtad humana. Pensando en eso pudo sentirse un poco más tranquilo y dormir.
Era todavía de madrugada cuando finalmente regresó a la mansión y para su sorpresa, Víctor lo esperaba sentado a la mesa del comedor. Su temperamento era tranquilo, como si Yuri no lo hubiera enfrentado el día anterior. El rubio bajó la cabeza un poco al verlo.
