001;

349 30 1
                                    

Adaptación a la obra original " Con Recuerdos " escrita por LuisaConejo















Con recuerdos, sin sentimientos...

Las huellas de las personas que caminaron juntas nunca, nunca se borran — Luis Gabás.

•••

Dicen que las huellas de las personas que caminaron juntas, nunca se borran. Puede que sea cierto, yo recuerdo cada uno de los momentos malos, buenos, pésimos y excelentes que viví con mi esposo, Kim Taehyung. Cuál es el problema entonces, podrían preguntarse. Y es ese precisamente, que tengo todos estos recuerdos agolpándose en mi memoria cada vez que sus ojos almendrados me miran con pesar, pero no tengo absolutamente ningún sentimiento hacia él, ni uno sólo.

¿Cómo se puede vivir así? No puedo seguir a su lado, no cuando veo cada día como la esperanza marrón de sus ojos se apaga poco a poco. Sé que está a punto de darse por vencido, y tal vez sea lo mejor, ¿quién no lo haría? Ha sido ya un mes, un mes desde que desperté de la operación y ahí, donde antes hubo amor, simplemente ya no había nada.

Insuficiencia cardíaca sistólica, ese era el diagnóstico. Es decir, cuando el miocardio no puede bombear correctamente la sangre del corazón. Yo siempre fui el problema, él, un hombre tan genial— porque aunque no lo quiera, no puedo negarlo; he llegado a conocerlo y admirarlo estos treinta días— no debió enamorarse de alguien con un corazón defectuoso que tarde o temprano fallaría.

Pero él lo hizo, se enamoró de Jeon Jungkook, de mí, un chico que podría no vivir lo suficiente para corresponder sus sentimientos. Pero Kim Taehyung nunca se da por vencido. Él lo logró, me conquistó con sus detalles cada día, con su forma de ver el mundo, iluminó mi vida con el brillo de la suya, mi existencia que hasta entonces sólo conocía el blanco de los hospitales.

Y lo recuerdo, ese es el problema, recuerdo cada día antes de él, grises, opacos, sin brillo, y los días después, coloridos, deslumbrantes, felices. ¡Lo recuerdo, maldita sea! Recuerdo la maldita diferencia, lo miserable que era mi vida antes. Pero no puedo hacer nada, y de verdad lo he intentado, hemos pasado juntos cada día y cada noche, y nada logra entrar a este maldito corazón. Ahora es sólo un músculo, ahora sólo sirve para bombear la sangre que antes no podía. Pero no hay sentimientos, no los que yo quisiera tener. No puedo amar a Kim Taehyung. Y quiero, de verdad quisiera hacerlo porque recuerdo lo feliz que me hacía amarlo, porque no he vuelto a sonreír como antes lo hacía.

Tae y yo nos conocimos en el hospital Daegu Fatima, en el área de cardiología. Yo iba a mi revisión semanal y él estaba buscando a su amigo Hoseok, un enfermero muy simpático que siempre me hacía reír y me pedía no perder la esperanza, decía que pronto habría un donador, que alguna chica estaba allá afuera esperando por mí y que fuera fuerte un poco más. Sólo un poco más.

Él no sabía que ese no era un buen incentivo para mí, no supo que yo era homosexual hasta que su amigo, de profundos ojos marrones, chocó conmigo al entrar abruptamente a la habitación donde yo me encontraba...

Sonrío, sin poder o querer evitarlo, porque el recuerdo de aquel primer día no se ha difuminado ni un poco. Porque todavía conservo la sensación de las millones de mariposas en mi estómago cuando su cuerpo terminó sobre el mío. Recuerdo el calor en mis mejillas mientras él se disculpaba insistentemente y yo balbuceaba algo incomprensible. Y tuve un mini infarto, que probablemente no fue muy metafórico, al darme cuenta de que había encontrado mi razón para resistir hasta que un donador llegara y, definitivamente, no era una chica. Era un hombre brillante, era Kim Taehyung.

Tae siguió "visitando" diariamente a su amigo después de ese día, lo invitaba a comer y me llevaban con ellos antes de mis revisiones. Y así me enamoré de él, lo recuerdo, se fue metiendo en mi corazón, aquel que ya no tengo.

Pasaron pocos meses en realidad— sólo tres— y él me pidió ser novios. Yo no iba a vivir más de medio año y lo sabía, él debía saberlo también, no podíamos perder el tiempo. Disfrutamos al máximo cada día, teníamos que hacerlos importantes, y al quinto mes nos casamos en secreto. Sólo mi hermano, Yoongi, y Hoseok sabían, ellos fueron nuestros testigos en la ceremonia civil.

Taehyung me dijo:— Esto es sólo por ahora, yo sé que el tiempo no se nos acaba y pronto podremos casarnos por la iglesia, por todo lo alto, ¡con un millón de invitados y purpurina por todas partes!

Y, de nuevo, no puedo evitar reír al recordarlo. Porque no lo siento, pero lo recuerdo. Yo lo amé, aquel viejo corazón fue suyo.

Escucho la puerta abrirse, Taehyung ha llegado. Ya no hay mucho tiempo, yo debo irme.

Así que nos casamos y Hoseok convenció a mi familia de que debía hacer un viaje para hacerme algunos estudios en una clínica especializada, cuando en realidad me iba de luna de miel. Aunque no salió tan bien. Mi corazón decidió que había llegado a su fin y, después de una magnífica noche de bodas y un perfecto día que comenzar junto a mi esposo, decidió también dar su último latido, para él, para Kim Taehyung.

Pero Tae no se iba a dar por vencido, en realidad sí estábamos cerca de una clínica especializada y con sus ahorros logró comprarme un corazón. Tal vez ese fue el problema, lo que mal empieza, mal acaba. Yo tengo un corazón comprado que está más maldito que el primero.

— Vas a estar bien, amor, vas a estar bien.— Recuerdo sus últimas palabras mientras me dirigían al quirófano, recuerdo cómo me aferré a ellas para que mi corazón resistiera un poco más. Recuerdo cuánto era mi amor por él para sujetarme a la vida, él era mi ancla al mundo. Lo recuerdo, pero ya no lo siento.

En cambio, recuerdo perfectamente cuando desperté y vi a un hombre desconocido para mí, sentimentalmente hablando. Era mi Tae, pero en este nuevo corazón ya no había nada para él. Me abrazó, me besó, se aferró a mí, lloró sobre mí, y yo no sentía nada.

— Te amo, te amo, te amo. Estás bien, vas a estar bien, estaremos juntos siempre.— Y juntó sus labios con los míos. No sentí nada y este nuevo corazón, que hacía bien su trabajo fisiológico, me partió el alma y arruinó mi vida porque ya no lo amaba, pero podía recordar todo ese amor...

— Hola.— Él entra a la habitación, hago a un lado el álbum de fotografías que había estado viendo y me preparo para salir.

— Kook, tenemos que dejar de hacer esto, yo ya no puedo más...

¡Maldito corazón, te odio! Te odio por arruinar su vida, por hacerlo sufrir.

— Lo sé.— Mi voz es fría y señalo con un cabeceo las maletas.

Sus ojos siguen mi movimiento y se abren enormemente al comprender. Una lágrima cae y me odio a mí mismo.

— No es justo para ti, pero no puedo hacer nada. Aquellos viejos sentimientos ya no están, he intentado despertarlos y no puedo. No quiero seguir haciéndote daño, así que me voy.

Sus ojos, sus hermosos ojos, se clavan en el piso y no se levantan de ahí aún cuando la puerta de la habitación se cierra cuando salgo.

Y me duele, ¿por qué me duele? ¿Por qué decides sentir justo ahora, estúpido corazón?

Dejo mi juego de llaves en la mesita de la sala, arrastro mis maletas, abro la puerta del loft de Taehyung y entonces sucede.

— ¡Jungkook!

Volteo. Tae corre hacia mí con sus brazos abiertos, ¿un abrazo de despedida? Los míos lo reciben porque sé que será el último.

— Has dicho que no hay nada de los viejos sentimientos ahí dentro,— Su dedo índice se clava en mi pecho.— pero nada nos impide crear nuevos. ¿Lo harías?, ¿lo intentarías por mí? En memoria de nuestro amor, por los recuerdos, ¿lo harías?

Se separa rompiendo el abrazo, sus ojos brillan con esperanza por primera vez en semanas. Los recuerdo así, así me gustan, y entonces sonrío.

¿Podríamos?

__________

¡Hola! Ha sido mucho tiempo desde que publicaba algo, perdóneme xfis.

Volví con la adaptación de una obra que de verdad amé con toda mi alma, así que espero que a ustedes les guste tanto como a mí ♡ Cuídense mucho y gracias por leer!!1!

- Grisa fuera ;)

con recuerdos [adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora