—¡Estás olvidando la corbata!—Gritó Tony con los nervios a flor de piel.
—Rayos.
—Lenguaje—Le recriminaba Steve mientras lo miraba recargado desde la pared.
—Lo siento, tío Buck. Nunca había sentido tantos nervios. Ni siquiera sé si el saco está bien.
—Tranquilo, Pet—Le apoyaba la mano en el hombro, dandole esa fuerza que parecía no tenía—.Contraer matrimonio siempre es una amenaza. Una vez que firmas, no hay vuelta atrás.
—Espero que Natasha no te oiga decir eso—Amenazó el moreno.
—Como sea, míralo por el lado bueno. Allá afuera tienes a una chica hermosa, esperando por el hombre de su vida, el cual eres tú. Saldrás, te mirará, tú te perderás en sus ojos mientras caminas, todo a tu alrededor desaparecerá, y es justo ahí cuando recordarás porqué es que la escogiste a ella. Después la besarás, saldrás como el hombre más orgulloso del mundo, para finalmente proceder a hacer pequeñas arañitas que subirán por las paredes.
—¡Bucky!—Le reprendía el Capitán, sumamente avergonzado.
—¡Tío!—Peter se avergonzaba aún más.
—Sería un abuelo muy concentidor—Tony seguía la corriente.
—Sólo bromeo, pero en algún momento tendrás que hacerlo—Levemente palmeó su espalda,para posteriormente dirigirse a la puerta— ¿Ya estás listo?
—No, aún me falta algo.
—Aquí viene—Suspiró el moreno, no queriendo mostrar sus repentinas ganas de llorar.
—¿En verdad vas a llorar, Tony?
—Claro que no, pero no te voy a negar que de pronto sentí una sensación de mareo y náuseas. ¡Por todos los cielos, nuestro hijo se va a casar, Steve! ¡Con el amor de su vida!
—Sí, vas a llorar.
—Son lágrimas de macho.
—Adelante—Le alentó Bucky—te esperaré en la entrada.
Peter se miró al espejo, escaneandose de pies a cabeza sin olvidar un sólo detalle. Una leve sonrisa salió de sus labios, y aún no podía creer que su vida hubiese cambiado tanto. Que ya no era el joven Peter, aquel novato al que le temblaba el habla cada vez que miraba a la chica más perfecta que sus ojos hubieran visto alguna vez. Aquel niño al que todos protegían y subestimaban por su corta edad.
Aquel que buscaba su significado en la vida después de su desastrosa tragedia.
Una lágrima rodó por su mejilla, y sin querer derramó otras más cuando se arrodilló ante las imágenes de los dos seres que más anelhaba tener consigo en ese día.
—Lo logré, papá—Pronunció tomando la imagen de Tony—Conquisté a la chica más linda de la escuela, y también me aprendí esos pasos anticuados que me dijiste.
—Eso no tenías que decirlo—Susurró el moreno, sintiendo la mirada penetrante de Steve en él.
—Tuviste razón, cien besos cargados de lujuria, no se comparan con una mirada proveniente de la persona que amas.
—Me estás avergonzando.
—Papá Steve, he salvado al mundo, ¿Qué te parece? Papá Tony no se equivocó al nombrarme vengador, me parece que le debes una disculpa.
—¿Por ponerte en peligro? Claro que no.
—No tienen idea de la falta que me hacen, de todo lo que daría porque estuvieran aquí. Al fin entendí el porqué sigo vivo, y al fin puedo sentir que me he perdonado. Sé que si murieron no fue por mi culpa, que su sacrificio fue pensando en mí, y que no puedo encerrarme en un pasado que no puedo cambiar. Hoy estoy aquí por ustedes, y en su honor mi vida ha de continuar. Encontré al amor de mi vida, me convertí en una mejor persona, y su espíritu de Valentina y honor he de sostener por los años que me quedan. Sé que siempre estarán para mí, que me escucharán, así que no peleen en el más allá, ¿De acuerdo? Lo hicieron bien, fueron los mejores padres que pude tener, y por eso gracias.
