Miro el reflejo en el cristal, distorsionado por la lluvia. ¿Qué verías tú de estar a mi lado?
Observo el rostro indiferente de aquel hombre que alguna vez quiso jugar a ser Dios, el que se divertía imitando a un superhéroe barato que vivía de eufórica atención.Después esa careta se cae, se abandona al vacío como yo lo estoy ahora, y mi visión se vuelve peor. Ahora caigo en cuenta del hombre que soy, del hombre que siempre fui. El mortal que perdió todo y se refugió en la obscuridad de un hogar vacío del que quedan sólo recuerdos. El hombre que de nuevo vuelve a estar solo, pero que esta vez no tiene valor de dar la cara al mundo.
Regresa una última vez, te esperaré con las manos llenas de aceite y las ojeras bajo mis ojos provocadas por el desvelo. Te veré y soltaré algún comentario que te haga querer volarme la cabeza. Prontamente sonreiré y te pediré perdón, de ese modo me acercaré y haré que te rindas ante mi sonrisa. De ese modo, podré regresar todo lo que fue y que ya no es, podré caminar entre esta arena movedisa. Quizá, si vuelves una última vez, mañana podré despertar sin necesitarte más.