Loki es una princesa

Loki: Una aventura congelada

— Es suficiente, Thor. Ya contrólate, hermano - peleó el príncipe Loki con su hermanito menor: el príncipe Thor. Solían divertirse jugando con los poderes de invierno que poseía Loki, pero usualmente Thor no sabía cuándo debía detenerse, como justo en ese momento que Loki realmente estaba agotado - mamá, trae el ritalin - gritó como última opción.

Loki y Thor vivían siempre felices, jugando todo el tiempo, divirtiéndose como los niños que eran; realmente eran tan unidos, Loki siempre protegía a Thor, porque aunque apenas era unos años mayor, recordaba el día en que su Thor -porque sí, Loki se adueñó de él desde el primer momento- había llegado a casa, era tan bonito y pequeño que supo que quería cuidarlo siempre.
Los niños pasaban tan juntos que incluso por las noches alguno se escapaba a la habitación del otro. Pero no todo siempre debe ser feliz, y ocurrió ese fatídico día en que Thor no pudo detenerse y Loki no supo resistir; un rayo de invierno había golpeado al rubio y con mucha dificultad lograron sanarlo. Desde entonces su relación cambió, ya no habían juegos, ya no habían cuentos antes de dormir juntos, ya no existía Loki y Thor; porque a Loki le habían hecho creer que su poder era peligroso y que podría ser peor si había una próxima vez. No iba a haber una próxima vez, él se encargaría así tuviera que ignorar a su hermano para siempre.

VARIOS AÑOS DESPUÉS

Odin y Frigga, sus padres, habían realizado un viaje a bordo de un barco el cual terriblemente fue azotado por la fuerza del mar, no lograron ganar la batalla y perecieron ante la furia que desató la madre naturaleza.
Como dictaban las leyes de la corona, Loki debía tomar de inmediato el poder y convertirse en nuevo rey, o bien en nueva reina, porque había exigido ser coronado con las joyas de la reina y nadie se atrevería a contradecir sus órdenes. Pero aún así él estaba nervioso, no sabía controlar sus poderes y debía presentarse ante todo el pueblo.

- Loki, ¿estás ahí? - llamó Thor desde el otro extremo de su puerta siempre cerrada - y si hacemos un muñeco.

- Cantas esa canción una vez más y mi primer decreto real será exiliarte - Thor entonces se fue, no entendía qué había ocurrido que hizo a Loki cambiar tanto con él, su hermano era tan dulce y cariñoso, y de pronto se había convertido en este joven solitario.

Las sirvientas del castillo fueron a vestirlos, era un día importante y ambos debían estar impecables. Thor eligió un elegante traje, combinando un tono suave de verde con negro; Loki por su parte había preferido un largo y fino vestido turquesa, llevando guantes a tono, y una capa en morado.

El castillo estaba repleto, habían princesas de otros reinos incluso, todos deseaban ver y celebrar al nuevo monarca. Y sucedió tan rápido, pero lento para Loki "salve reina Loki" había dicho el hombre y su pueblo le ovacionó.

Por su parte Thor estaba tan entusiasmado yendo de un lado a otro en el castillo, saludando a algunos, charlando con otros, incluso bailó con un par de damas. Era la coronación de su hermano y estaba feliz por él.

- Príncipe, ¿bailamos? - preguntó una mujer castaña y Thor no pudo negarse - es usted un caballero, príncipe Thor. Yo soy la princesa Jane.

- Eso intento - respondió encogiéndose de hombros mientras bailaba.

- Veo que sí - le dijo sonriente - es una hermosa coronación, dime príncipe, ¿cuál es tu color favorito? - Thor se extrañó por aquella pregunta pero aún así decidió responder que era el rojo - ¿rojo? No puedo creerlo, también es mi color favorito. Aunque creí que preferías el verde.

- El verde es el color favorito de la reina Loki, estoy usando este tono en su honor.

- También tengo un hermano, y lo amo tanto como tú a Loki; pero dime, ¿cuál es tu comida favorita? - esta mujer estaba haciendo preguntas fuera de contexto, pero aún así Thor no tuvo problemas con responder.