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dedicado a dreamieskere ✨.

La ola de frío de la semana anterior había finalizado; el sol brillaba con fuerza mientras un chico de cabellos con tinte azulado cruzaba apresuradamente el polvoriento patio delantero de la casa de su padre, la gorra de la chamarra subida para evitar que su cabellera se despeinara en exceso. Puede que el clima se hubiera vuelto más cálido, pero el viento que soplaba todavía podía ser brutal. Transportaba con él un tenue olor químico, mezclado con olor a asfalto y gasolina propia de Busan, y el azúcar quemado procedente de la fábrica abandonada que se encontraba calle abajo.

Su hermano pequeño, Park MinHyuk, lo esperaba en el porche delantero, echado en un sillón de resortes roto. Sostenía su DS sobre las rodillas y se dedicaba a golpearla rítmicamente con el puntero.

—Gané —dijo mientras el mayor subía los escalones —. Soy el mejor jugando al Mario Kart, JinWoo.

El mencionado se quitó la gorra, se apartó el cabello de los ojos con un sutil movimiento de cabeza y rebuscó en el bolsillo sus llaves.

—¿Dónde estabas? —habló JinWoo sin mirarlo —Te he estado llamando toda la mañana.

MinHyuk se levantó y guardó el parpadeante rectángulo en su chamarra de color azul rey.

—Estaba en casa de Ten. Ensayo del grupo.

JinWoo dejó de sacudir la llave en la cerradura, donde siempre se atoraba, para mirarlo con desaprobación durante un instante.

—¿Ensayo del grupo? Estás diciendo que todavía sigues...

—¿En lo del baile? ¿Por qué no tendría que seguir en él? —alargó la mano por delante de su hyung —. Trae, deja que lo haga yo.

Park MinHyuk formaba parte de un pequeño grupo de danza en conjunto con algunos chicos de la Preparatoria. Esta actividad había ocasionado un bajón en las calificaciones del menor; nunca al grado de reprobar, pero sí a tener un promedio mucho más bajo de lo habitual.

JinWoo esperó a un lado mientras MinHyuk giraba con pericia la llave aplicando justo la presión adecuada hasta conseguir que la obstinada y vieja cerradura se abriera emitiendo un chasquido.

—Gracias —recuperó la llave sin siquiera mirarlo.

Dentro hacía calor. JinWoo colgó la chamarra en el perchero del recibidor y se dirigió a la habitación de invitados; MinHyuk lo seguía. JinWoo frunció el ceño al ver su maleta abierta como la concha de una almeja sobre la cama y su ropa y unos cuadernos de la escuela desperdigados por todas partes.

—No puedo creer que te mudes a Daegu —comentó MinHyuk, evaluando el desorden con una mirada vaga de consternación.

—Ni yo, pero no se me ocurre qué meter en la maleta. Casi no tengo pantalones largos o algo con qué cubrir mi pelo; ¿y si no puedo tener el pelo pintado allí?

—¿Por qué no ibas a poder tener pelo pintado allí? Es otra ciudad, no te cambias de siglo.

—Ah... no sé, mejor hablemos de otra cosa. ¿Qué tal el ensayo? ¿Siguen sin un nombre para el grupo?

—Estuvo genial —MinHyuk se sentó de un sobre el escritorio, dejando colgar las piernas —. Estamos considerando un nuevo lema. Algo irónico, como: «Hemos visto un millón de rostros y hemos hecho vibrar a un ochenta por ciento de ellos».

—¿Les contaste a Ten y a los demás que...?

—¿Que nuestros padres se divorciaron? No. No es la clase de cosa que uno deja caer así como así en una conversación informal.

¡Hey, se ven tus orejas de gato! ━━ MyungJin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora