Capítulo 6

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Abril Carter en multimedia
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Si.
No.
Si.
No sé.
¿Me gusta?
Agh, odio estar muy indecisa.
¡Sábado!¡Si!
Ah, lo olvidaba estoy castigada.
¿Por qué estoy tan feliz?
No espera, estoy triste. Sí, estoy triste.
¡No!
¡Estoy enojada!
Pero quiero llorar.
¡Ahora estoy feliz!
Nah, tengo sueño voy a dormir.

-¡T/n!- entre sueños siento que alguien toca mi hombro- ¡T/n!-¡Ah!¿eh?¿Comida?-¿Qué?¡No!- Kaitlyn hace un ademán de sentarse a mi lado en mi cama y yo me acomodo para que tenga espacio- Mamá te llama, está abajo en la sala

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-¡T/n!- entre sueños siento que alguien toca mi hombro- ¡T/n!
-¡Ah!¿eh?¿Comida?
-¿Qué?¡No!- Kaitlyn hace un ademán de sentarse a mi lado en mi cama y yo me acomodo para que tenga espacio- Mamá te llama, está abajo en la sala.
-¿Qué hora es?- pregunto ignorando todo lo que me dijo.
Apunta al reloj de mi mesa. El puntero chiquito apunta al número 8 y el puntero grande al número 10.
-Baja, rápido- se levanta de mi cama y se dirige a la puerta- ahora.
Me levanto de mi cama y me dirijo al espejo, agarro el cepillo para cabello que está a mi lado derecho y empiezo a alisarme el cabello.
Terminé de alisarme todo el cabello y bajé al primer piso donde se encontraba mi mamá.
-Mamá- la veo con su celular escribiendole a alguien-¿con quién hablas?
-Con tu papá- deja su celular en la mesita de centro y voltea a verme- él vendrá para tu cumpleaños.
-¿Enserio?
Ella asiente con la cabeza y vuelve a agarrar su celular cuando escucha un mensaje- iremos a comer.
Mi cumpleaños es en dos semanas y todavía no se que haré.
Creo que saldré con Abril y Anne, otra amiga mía pero no es tan íntima como  Abril, al cine o tal vez haga una pijama.
¿Max?
No.
¿O sí?
¡Agh! Tal vez si lo invite, solo tal vez.
-¿Ya sabes que harás para tu cumpleaños?- la voz de mi madre me saca de mis pensamientos y niego repetidas veces- descuida, tienes una semana para pensarlo.
Mi celular comienza a sonar y leo el nombre que sale en la pantalla.
Salgo al patio trasero para que mi mamá no escuche mi conversación, no quiero que malinterprete las cosas.
-¿Qué pasa?- me siento en el césped y empiezo a arrancar pedazitos.
-Necesito verte ¿Puedo ir a tu casa?
-No, estoy castigada ¿Para qué quieres verme?
-Necesito felicitarte, así que... ¡Felicidades!
¿Felicitarme?¿Porqué?
-No estoy entendiendo- me levanto del césped y comienzo a caminar en circulos.
-¿No entiendes?¿Revisaste tu Instagram?- niego con la cabeza al momento, pero luego me doy cuenta que él no me está viendo.
-No ¿Qué pasó?
-Revísalo ¡Ahora!
Le hago caso y entro, claro que sin cortar la llamada, no encuentro nada peculiar hasta que voy a mi perfil.
¡Omg!¡Oh por Dios!¡Ahh!
-Por ese grito supongo que lo revisaste.
No hago caso a lo que dice Max y sigo dando saltitos de felicidad por todo el patio.
-¿Hija, estás bien?- mi mamá aparece por la puerta y voy corriendo hacia ella y la abrazo-¿Qué sucede?
-¡Llegué a 100 mil!¡Ahh!
Empiezo a dar saltos, de nuevo, y a rodar por el césped.
¡Alto!¡Mi ropa se ensucia!
Me paro inmediatamente y me empiezo a limpiar.
Ahora sí.
¡Ahh!
Bueno, pasé los 100 mil, tengo 140 mil.
¿Cómo?
Me pongo a pensar un rato en como fue posible que de los 90 mil seguidores llegue tan rápido a los 140 mil.
¡Literalmente en solo una día!
Pienso y pienso mucho, hasta que un nombre se me cruza por la cabeza.
Max.
Agarro mi celular y marco su número,  suena una, dos, tres veces y cuando casi me rindo escucho una voz al otro lado de la línea.
-¿Hola?- la voz adormilada de Max me recibe al otro lado de la línea.
-¿Te desperté?- le pregunto.
-La verdad, sí, mañana tengo una junta temprano y tengo que dormir.
-Oh, lo siento. Te dejo descansar, adiós.
-¡No! Espera ¿Qué querías decirme?
-Olvídalo, adiós.
-¡No! Dímelo.
-¿Cómo pude ganar 50 mil seguidores en un día?
-¿Gracias a tu talento?
-Max...
-Está bien, está bien, tal vez te haya promocionado en alguna de mis historias de Instagram.
¡Lo adoro! Enserio, adoro a este chico.
-Oh, entonces ¿Gracias?
-¿De nada?
-Te dejo descansar, adiós Max.
Y cuelgo.
Ahora sí, estoy muy segura.
Me gusta Max Valenzuela.

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