epilogo

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   Hace 11 años…

   -Treinta y nueve y… ¡Cuarenta!

  La pequeña Irina giró sobre sus talones sin dejar de sostenerse en la rama del árbol.

   -¡Zelo! ¿Te has escondido ya?

  Pero no recibió respuesta alguna de su amigo. Se alejó con lentitud de la rama y comenzó a buscar con la mirada. Al final corrió hasta la casa tradicional de sus abuelos que se encontraba a un metro, Zelo era tan tramposo que seguramente estaba escondido por dentro.

   -¡Zelo!- gritó. Pero nadie contestó.

   -¡Mi maya!

Irina se dio la vuelta sorprendida, Zelo, un precioso niño de cabello negro y corto estaba abrazado al árbol con su espléndida sonrisa que le ocupaba todo el rostro.

   -Zelo has hecho trampas. ¿Dónde estabas?

  La niña corrió hasta donde estaba su amigo y este se separó del árbol.

   -He estado todo el rato aquí detrás- dijo señalando la rama.

  Irina infló los mofletes y cruzó los brazos.

   -Eres malo.

   -No soy malo. Soy inteligente como un robot.

   -Los robots humanos son más grandes que tú, y mucho más guapos.

  Zelo se puso colorado y gritó:

   -Pues de mayor seré el robot Humano más guapo del planeta, seré tan guapo que te casarás conmigo.

   -¡Eso ya lo veremos!

No se supo si los niños hablaban enserio o no, pero Zelo e Irina no volvieron a verse después de ese verano en Seúl. Irina viajó a los Estados Unidos donde su madre se casó por segunda vez. Allí conoció a su nuevo padre y a su nuevo hermano, Daehyun, que era un año mayor que ella. Ambos crecieron juntos, y ambos viajaron a Seúl cuando se convirtieron en adolescentes.

  Allí Daehyun conoció a Zelo cuando ingresó al instituto masculino. Por esa época, Zelo ya había comenzado a ayudar a las chicas, haciéndose pasar por un robot Humano. Zelo era un pequeño muchacho de 15 años cuando lo conoció, tenía el pelo teñido de rosa y llamaba mucho la atención.

  Por un casual un día Zelo y Daehyun hablaron de la infancia y fue cuando Daehyun se enteró del pasado unido de su hermana y su amigo. También fue cuando su hermana se encerró en sí misma.

  Cuando Daehyun volvió a casa sonrió ante lo que se encontró. Irina estaba en el sofá y entre sus piernas estaba Zelo observándola con todo el cariño del mundo.

    -Veo que mi plan ha funcionado- dijo llamando la atención de ambos.

  Irina lo miró al instante.

   -Hermano- le gritó- eres una mala persona, ¿por qué no me dijiste quien era desde un principio?

   -¿Y estropear la sorpresa? Jamás le haría algo así a mi amigo.

  Irina le lanzó un cojín.

   -Eres un mal hermano.

  Zelo llamó la atención de su chica acariciando su rostro, esta le tendió sus cinco sentidos a su novio. Daehyun sintió que estorbaba y se fue a su cuarto.

   -¿Te alegras de que no sea un robot?

  Irina sonrió y lo beso.

   -Te quiero Zelo, y aunque te hubieras convertido en un robot de verdad, siempre te querría.

Fin

                   Para ser sincera pretendía hacer la historia más larga, tal vez le haga algún otro capítulo pero de momento esto es todo. Esta historia se me ocurrió leyendo un fragmento de la historia “Satisfacción garantizada” del libro Crónicas de robot de Isaac Asimov autor que nunca me cansaré de recomendar. Os quiero.

  Saranghae!! 

Robot HumanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora