03 capitulo 2

36 2 0
                                    

Capítulo 2

  Se alegró de encontrarse con Himchan cuando llegó a TS, así tendría alguien con quien hablar.

  -Buenas noches-dijo al acercarse a él. Himchan lo recibió con su seductora sonrisa, y acto seguido le miró el pelo-¿Te lo has vuelto de tu color?

  Himchan le sonrió y se tocó su pelo negro.

  -Pensé que así me iría mejor con mi actual cliente.

  JoungJae rodeó la barra y se sentó a su lado.

  -He escuchado que es una chica muy difícil.

  Himchan lo miró de reojo.

  -No es difícil, solo es complicada. Además Judith ya tiene suficientes problemas para…

  Se quedó callado y se puso colorado, y JoungJae sonrió y lo miró con picardía.

 -No me gusta, si es lo que estas pensando, solo quiero ayudarla.

 -Ok, si tú me aseguras eso me lo creo.

 Himchan arrugó el morro de manera tierna.

 -Bueno robotito -dijo el moreno acariciándole el pelo.- ¿Qué haces por aquí? Tenía entendido que hoy no trabajabas.

 -Terminé mi turno, pero me aburro en casa. Con esto de no poder dormir…

 Himchan le sonrió:

 -Entonces ¿Me cubres? Podrías coger a todas las clientas a las que he rechazo estos días, dile que vas de mi parte y ellas te darán una gran diversión.

 JoungJae sonrió con picardía y asintió.

 -Puedo hacerlo, pero echaran de menos tu calor humano.

Su primera clienta de la noche fue lo más raro que se había encontrado en su vida de robot humano, ya había azotado antes pero a esa mujer le iba el sado pudo y duro. La segunda sin embargo cuando le abrió la puerta lo miró fascinada.

-¿Quién eres tú?- le preguntó, JungJae dedujo que no superaría los 34 años.- ¿Dónde está Himchan?

-Vengo de su parte. –dijo lo más seductor que pudo, y con cuidado le acarició el rostro- Me dijo que le hiciera compañía en su lugar, pero nunca me dijo que fuera una mujer tan guapa- los dotes de robot sexual eran lo primero que te enseñaban cuando entrabas en la compañía TS, y como él era un alma en una cascara vacía, esos conocimientos eran más fáciles de memorizar.

La mujer sonrió complacida y le dio paso. Otra noche más sin dormir, pensó JoungJae cuando la puerta se cerró tras él.

Al día siguiente fue a su revisión diaria en el hospital. Él lo odiaba, pero si había algún cambio en el cuerpo real o algún defecto en el falso, los médicos debían estar informados e informar al paciente. Tras todas las revisiones que ya se había aprendido de memoria como una rutina diaria subió las escaleras hasta la planta donde se encontraba su cuerpo, saludó a las enfermeras que habían en recepción y se dirigió a su puerta.

Allí se frenó pues vio que había alguien dentro de la habitación, supuso que era una enfermera por cómo iba vestida, decidió permanecer en la puerta observando lo que ella hacía. La chica de pelo castaño y largo, revisaba el pulso, el suero, y recolocaba las mantas. La vio como se quedaba mirándolo unos minutos y luego acariciaba el rostro de su cuerpo inerte, pasando de su frente, donde retiró algunos mechones de pelo, bajando por el puente de su nariz y finalmente por la pequeña cicatriz de su mejilla que ya casi había desaparecido.

JoungJae pensó que ya no podía seguir ahí parado por lo que entró y carraspeó. La enfermera se giró sorprendida, pero se sorprendió aun más cuando lo vio a él y en su rostro se dibujó una extraña expresión como si hubiera visto un fantasma. JoungJae pensó que era demasiado adorable.

-Hola- le saludó- veo que conoces mi cuerpo.

Ella hizo una pequeña inclinación, JoungJae vio como su melena castaña caía por uno de sus hombros al hacer eso y cuando volvió a alzarse se fijó en sus ojos color miel. Lo que parecía extraño pues no tenía rasgos de ser extranjera.

-Buenos días,- susurró de forma débil y tímida- solo le hacía su revisión diaria.

JoungJae se acercó un poco más y viéndola de más cerca era bastante guapa. Sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas y apretaba su carpeta con sus informes contra su generoso pecho. Se fijó en sus largas piernas y en como apenas se llevaban media cabeza de diferencia.

-¿Tú eres la encargada de mi cuerpo?

Ella asintió con timidez y volvió a mirar el cuerpo tumbado en la cama.

-Sí, llevo cuidándote desde hace más de dos años. Apenas soy una estudiante pero me asignaron tu protección- confesó ahora tanteando su mirada entre los dos-. Jamás pensé que conocería a mi paciente.

JungJae sonrió y se sentó en la silla que había junto a su cama. Miró su cuerpo, aunque lo odiaba y por primera vez en muchos años se tocó. Acarició su muñeca inerte y pasó entre sus dedos.

-Muchas gracias, lo estás haciendo muy bien.

Ella negó con la cabeza alegando que ese era su trabajo y miró como el chico examinaba cada dedo de su mano derecha.

-¿No es extraño verte ahí tumbado?

JoungJae levantó la mirada ante la inesperada pregunta y vio como ella se tapaba la boca arrepentida de lo que había dicho.

-Perdón,-dijo agachando el rostro.- no debería de hacer esas preguntas.

-No pasa nada- la interrumpió él, luego volvió a mirar su cuerpo y entrecerró los ojos-. Sí, admito que es raro, incluso en ocasiones desearía haberme quedado en esa carretera… pero es algo con lo que tengo que… ¿vivir? Aunque no sé si a esto se le puede llamar vida.

Ella lo miró apenada y luego se quedó pensando, como estuviera pensando una respuesta a la pregunta que no se le había hecho. Finalmente dijo:

-Al menos tienes una oportunidad, muchos otros desearían estar en tu lugar JoungJae.

JoungJae alzó el rostro sorprendido y sonrió, ella apartó la mirada colorada.

-Sabes mi nombre.

-So… soy tu enfermera- dijo con dificultad- ¡por supuesto que sé tu nombre!

Robot HumanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora