Dejavú.1.

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Desperté por la maldita ventana abierta. Me levanté de la cama, lo más vagamente posible, y la cerré muy rápido. 20 centímetros antes de llegar al acolchado de mi bella cama, me le tiré encima.

Un poquito de sueño más y recordé que hoy comenzaba el primer día de clases en Stonewall, así que me apresuré en bajar las escaleras lo más rápido que pude.

- ¿Cómo estás, querida?. -pregunta mi madre en cuanto entro a la cocina. 

- Ya te he dicho que me llames por mi nombre. -ella asiente triste.- Estoy mejor. Esa cosa que me diste para el dolor de cabeza, hizo un gran efecto.

- Esa cosa se llama "Apasmo", queri... _______. -trajo mi té en mi taza favorita con tostadas y mi mermelada favorita, por último, me besa la cabeza.- Disfruta tu comida, porque no irás al colegio hoy.

- ¿Hoy, el primer día de clases?. -pregunté incrédula.- Sabes que nunca falto el primer día de clases, ¿Lo sabes, no?. Porque si fuera así, mi maravillosa madre me dejaría ir.

Aprovecha el día. Con todos los años que estuviste en ese colegio de porquería, sería una muy buena noticia no ir el primer día de clases. 

- No seas paranoíca, amor. -me quedé callada por mi propio bien.- No irás al colegio Stonewall nunca más. Simplemente, ni siquiera pisarás su piso.

- ¿Me vas a cambiar a otro colegio?. -pregunté alucinada.

Si fuera así, lloraría de alegría; bailaría hasta la semana que viene; cantaría toda la bendita mañana y besaría a la pared. Si, eso puedo hacer.

- Si. -empecé a dar saltitos.- Pero no está muy cerca de casa, cariño.

- ¿Estás tratando de encontrar apodos para mí?. -dije antes de tomar mi té.

- No. ¿Recuerdas lo que te pasa cuando te enfadas o tienes miedo?. -asentí tomando otro sorbo de té.- Es porque eres una bruja.

Escupí todo el té de mi boca (hasta era posible que hubiera escupido todo lo que había tragado anteriormente). 

- ¿Es-estás de bro-bromas...? ¿N-no es así?. 

- No. En más, te llegó esto hoy. -me entregó una carta. 

Extendí mi mano y agarré la carta donde se destacaba palabras escritas con tinta verde esmeralda "Señorita ___. Diggory, Tercer Piso Habitación de la Derecha, California." Saqué la carté, y leí.

 COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA Y HECHICERIA 

Director: Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, primera clase;
Gran Hechicero; Jefe de Magos;
Jefe Supremo; Confederación
Internacional de Magos).

Querida Señorita Diggory:
   Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechiceria. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios.
   Las clases comienzan el 1 de Septiembre, pero esperamos su lechuza antes del 31 de Julio.
   Muy cordialmente,

                        Minerva McGonagall.
                                Subdirectora. 

Miles de preguntas bombardeaban mi cabeza en un intento de gritar. Me contuve y hablé. 

- ¿L-la magia e-existe...?. -tartamudeé.'

- No, es una broma. -suspiré con alivio.- ¿No conoces el sarcasmo, ______?

- Entonces, ¿Todo esto es real?. -dije con los ojos abiertos.

- Todo de todo. -dijo con una sonrisa. 

La tarde entera me la pasé en mi habitación preparando el regalo del día de la madre. Sabía que faltaba mucho pero si para el 1 de Septiembre estaría allá, no podría regalarle nada hecho por mí. Como le gustaba a ella.

Mi padre me prometió que como mañana sería mi cumpleaños, me llevarían al zoológico y luego a una heladería. Es muy normal para una bruja.

Igual, todabía no me tragaba el cuento de que era una bruja. ¿Sería de esas brujas con una nariz larga y puntiaguda, un grano enorme en ella y una escoba voladora? ¿O sería más como un hada (muy bella, pelo atado en dos colitas, alas rosas decorando su espalda y una varita rosa)?

Porque si era alguna de las dos, juro que me voy a vivir con mi tía Amanda. ¡Y eso que es insoportable!.

Decidí no cenar y escribir todo en mi diario, asimilando un sueño muy extraño que tuve. Lo saqué de debajo del colchón de mi cama y abrí la tapa.

(; PROPIEDAD DE UNA CHICA x) 

Para comenzar, mi día ah sido de los más raros en la vida de cualquiera (lo sé por experiencia).Comenzó con un sueño de una loba de pelaje negro y ojos celestes. Me pareció raor que, al despertar, supiera que era hembra y no macho. No se distingue con solo mirar =D

Después, mi mamá prepara un té en mi taza favorita y tostadas con mi mermelada favorita; me avisan que soy bruja (¡No me trago su cuento!) y que asistiré al Colegio Hogwarts de Magia y Hechiceria; que mi padre me llevará al zoológico y a tomar helado mañana, por mi cumpleaños.

Debe de ser una ocasión muy especial esta vez como para llevarme a algún lugar que no sea el colegio. 

ESCRIBE UNA DIGGORY ¡MUAAAAAA! 

Cerré mi diario y lo puse debajo de mi colchón, como antes estaba. Apagué la luz del velador, me recosté en mi cama y cerré los ojos.

Morfeo, ven a mí.

(...)

Me encontraba en una habitación de color verde, donde se encontraba una ventana. Se podía ver la tormenta que había afuera. Había una cama con decoraciones rojas, donde se encontraba tres personas.

Una mujer, de cabellera rubia, le leía un cuento sobre animales a un niño. Creo que se trataba de una familia de magos. Una varita de madera está levitando en el aire, alumbrando el libro que lee la madre. 

A un costado, está un hombre, con pelos rubio cayendo por sus hombros, con los ojos cerrados en un intento de dormir. 

La madre sostiene el libro mientras que, en su brazo derecho, un niño rubio sonríe por el cuento que contaba la mujer. Apostaría a que es su hijo. 

Desperté. 

Estos sueños solían pasarme de vez en cuando. Como si fuera un dejavú* o algo por el estilo. A veces me asusta, pero otras veces, simplemente, las quiero entender. 

(1) Dejavú: Un amigo programador me hizo una explicación absolutamente sencilla sobre este tema complejo, que me gustaría compartir. Imaginate que tu cerebro tiene un espacio para almacenar los recuerdos y otro donde analiza las experiencias que están teniendo lugar en el presente. Y que por alguna razón, antes de analizar el presente lo guardara como un recuerdo. En ese caso, el cerebro entendería el presente como un recuerdo

(2) Dejavú: Es un término francés que significa ya visto. El concepto describe la sensación que experimenta una persona al pensar que ya ha vivido con anterioridad un hecho que, en realidad, es novedoso. El responsable de acuñar el término fue Émile Boi, un parapsicólogo francés que nació en 1851 y falleció en 1917.

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