I. Is this love...?

142 14 134
                                    

Avancé.

Eso fue lo que me he dedicado a hacer éstos últimos años. Sin parar. Sin mirar atrás. Me gusta decirme a mí mismo que sí paro a mirar el paisaje, por ejemplo... Pero lo digo mientras sigo pedaleando, sin frenar, sin dejar la bicicleta a un costado para tomar aire y observar lo que me rodea. Aún así, ésto me tranquiliza. Sentir la suave brisa que choca contra mi rostro despeinándome un poco mientras mi música favorita suena a través de los auriculares que llevo puestos. El sol brilla en el cielo y el río a mi izquierda está tranquilo. Mientras avanzo veo a muchas personas que pasan haciendo ejercicio, veo a algunas familias con sus niños correteando, alguna que otra pareja melosa que se saca mil y un fotos en éste hermoso día.

Hermoso día pero minutos después veo como una nube negra avanza rápidamente. Me había olvidado que anunciaron lluvia.

La nube no tarda en alcanzarme y siento pequeñas gotas frías que empiezan a dar contra mi cuerpo. Giro por uno de los caminos que tiene frondosos árboles a su costado, pensando que ellos frenarían un poco aquellas gotas. Claro que... no calculé que las gotas se convertirían en lluvia primaveral. Comienzo a pedalear más rápido, tratando de ver tras la lluvia si encontraba algún refugio, un techo donde resguardarme.

No sé en qué momento ni cómo, pero algo hace que una de las ruedas de mi bici resbalé. Lo siguiente de lo que me percato, es que estoy con medio cuerpo en el piso y medio sobre la bicicleta. Caí. Rápidamente siento un ardor. Me siento en el piso para revisarme. Agh. Lastimé mi mano y por lo que veo una de mis rodillas. Ambas se tiñeron de rojo por el raspón y caída. Per-fec-to. Intento levantarme. Apoyo primero la pierna que tengo bien pero al apoyar la otra... Casi que no creo que ese quejido haya salido de mi boca. Vuelvo a sentarme en el piso, calculando cómo puedo hacer para levantarme sin la pierna adolorida, usando la bici como apoyo y viendo hasta dónde podía llegar a ir. Tras que mi vista no es muy buena, el agua no dejaba ver más allá de unos cuantos metros de distancia. Algo en mi cabeza me proponía que llame a alguien para que me ayude. Já, el único al que molestaría con alto como ésto sería a Seojoon, mi hermano, pero eso sólo haría que se haga tooooda una película donde el transforma un raspón en fractura expuesta. Sumado a que sería capaz de traer hasta, no sé, la guardia costera con él, de lo exagerado que es. Así que no, llamar a alguien tampoco parecía una solución.

Escucho unos chapoteos a lo lejos, detrás de mí. Parece que alguien viene corriendo. Suena como que esa persona se acerca. Justo suena un gran trueno que me sorprende y me hace mirar hacia el cielo. Cuando vuelvo a bajar la cabeza, me encuentro con unos pies a mí izquierda, a costado de mis piernas.

—Ey, ¿estás bien? —pregunta esa la persona con voz elevada. La verdad que la lluvia estaba siendo bastante ruidosa—. ¿Necesitas ayuda?

Levanto la mirada. Con el agua cayendo en mi cara y mi mala visión, trato de enfocar su rostro. Y lo veo.

¿Enfocar? Más bien enmarcar porque el joven de labios voluptuosos, ojos almendrados, de hombros anchos y pelo oscuro del que caían sin parar gotas de agua parecía un enviado del cielo.

Ok. ¿Qué estás diciendo, Namjoon?

El chico chasquea sus dedos delante de mí y me hace volver en razón.

—¿Te golpeaste la cabeza al caer? —abro la boca para responder pero no alcanzo a decir nada porque continúa hablando—. A ver, seguí mi dedo con tu mirada, por favor —no sé por qué, le hago caso y sigo con mi mirada su dedo. Un dedo que parece medio torcido por lo que me causa algo de gracia y él parece notarlo—. Bueno, no creo que tengas una contusión si tanta gracia te causa mi bello y original dedo —río un poco y lo veo sonreír.

「Love Maze」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora