LAS SIGUIENTES SEMANAS

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Pasaron los siguientes días, meses que pasan muy lento, sin embargo te das a la oportunidad de pensar y simplemente es imposible pensar como una persona podría cambiar de estado de salud tan dramáticamente. Es doloroso pensar en que tu madre está desvaneciéndose poco a poco y que su tiempo restante es totalmente mínimo y lo peor, es ver como minuto a minuto la vas perdiendo casi que entre tus dedos, que ahora tú la cuidas, que ahora tú le enseñas, e incluso ahora tú le regañas, la acuestas en tu regazo porque ella pronto no lo podrá hacer.

Intentaba disfrutarla al máximo y aunque era evidente que pronto no estaría con nosotros, yo seguía negando esa posibilidad, que en ese momento para mí era inimaginable.

Me dedicaba todas las noches a hacerle masajes en sus pies; Solía levantarse todas las noches a las doce en punto, casi siempre a decirme que me acostara que al siguiente día tenía que madrugar y que ya era hora de dormir, a lo cual yo acostumbraba a responderle que tranquila, que no se preocupara, que no me molestaba y seguiría hasta la madrugada.

Solo Dios sabe cuántas lágrimas deje en mi almohada y la suya. En su ropa, siempre que se iba y yo me encargaba de lavarle y doblarle todas sus prendas. Solo él sabe lo doloroso que era estar solo en casa con tantos problemas y tantas cosas en que pensar, tantas noches pensando en que ella se curaría, acostarse y levantarse con esa fe intacta y a su vez constante.


MI VIDAWhere stories live. Discover now