MI VIDA

LA PRIMER REANIMACIÓN

Paso así el tiempo, situaciones un poco repetitivas y cada vez más conmovedoras seguían repitiéndose una y otra vez.

Una tarde mi madre nos avisó que tendría una cita con el especialista el día siguiente, y aun así estuvo despierta casi hasta la una de la mañana, para verse una película con nosotros, pasaron dos días y ella solía llamarnos continuamente. Pasada la tarde decidimos ver una película con mi hermano, cuando de repente llago como loco un primo a nuestra ventana gritando que fuésemos rápidamente a la casa, que no preguntáramos nada, que ya no lo explicarían.

Llegamos a la casa y por primera vez vi llorar a mi abuelo. Serró la puerta rápidamente y nos acomodó en la sala, nos dijo que oráramos, que oráramos sin cesar; Estaba muy confundida y como no estarlo, estaban llorando nos decías que hiciéramos oraciones y no nos decían siquiera que estaba pasando. Un momento después mi abuelo no pudo más, casi rompió en llanto y nos dijo que mi madre se había ido, y en ese momento le estaban haciendo reanimaciones, no supe cómo reaccionar, para ser sinceros nunca supe hacerlo, no sabía si llorar o gritar o tal vez hacer como si simplemente no estuviese pasando nada, lagrimas vinieron a mis ojos, un poco después de forzarme a mí misma para que salieran, no quince decir nada al respecto ni hacer la oración que todos estaban haciendo, por lo cual quede un poco mal delante de mi familia.

Mi abuelo recibía llamadas frecuente mente, pero solo nos miraba y nos decía que ya estaba mejor. Siendo franca, no sabía en qué pensar, mi mente se nublaba frecuente mente, mi madre había casi acabado de morir y yo momentos antes pensando en verme una película como si estuviera haciéndome ajena a la situación. A si terminamos de pasar la noche, aquella noche en que no pude dormir pensando en cuanto dolor habría sentido, en cuantas lagrimas saldrían de sus ojos, en lo fuerte que tenía que ser tanto ella como yo y así mismo el resto de la familia.

Me levante al siguiente día solo esperando su llamada, o soñando con que tal vez llegara ese día, así paso y aunque se tardó un día más volvió a casa como todo una guerreara, después de una de sus tantas batallas, toda mi admiración estaba en ella y mi consuelo trataba de dárselo, nunca lloraba ante ella, por más que la situación me intentase llevar a ello. Sabía que le dolería más si me veía en esa situación que incluso ver como estaba ella en esos momentos.