*SOLO ES EL INICIO*...

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Recuerdo la primera vez que vi a este chico; estaba en un salón de clases, era principio de año y habían muchas caras nuevas, octavo de secundaria.

—¡Ahh! cómo olvidar ese año...

Ese año en el cual estaba tratando de superar el rompimiento que había tenido con un novio pasajero; pero que como toda chica pensaba era su primer amor,(es extraño siempre consideré que tenía una madurez mayor a la de los demás, pero la verdad era una niña de 12 años) Muy lanzada pensaron muchos...

El segundo día de clases, me cambiaron de silla. Me alejaron de mis amigas por charlar tanto—Empezamos bien el año nena— pero fue esa la primera vez que lo oí, él estaba detrás de mí, y hablaba con un compañero. No recuerdo muy bien de qué, pero estaba tan aburrida que me metí en la conversación, no recuerdo muy bien que fue lo que dije, pero él me miró... Tenía unos ojos grandes de color café miel, con un tono de verde que los hacía hipnotizantes , su cabello era negro un poco largo y despeinado, tenía una playera negra con una calavera que dibujaba a dos hombres en una mesa tomando cerveza, me pareció interesante así que le dije que tenía una linda camisa, no se si fue un cumplido muy agradable o no pero dio pie a una conversación.

Este chico se llamaba Juan David, y hablar con él era tan genial que te podrías pasar horas y horas oyendo sus múltiples historias y gustos.

Nunca pensé que ese día fuera tan especial, por primera vez no me sentí aburrida en clase, pero jamás imaginé que ese chico sería mi primer pensamiento antes de dormir.

***

Pasaron algunos días y él y yo seguíamos platicando y compartiendo unos pocos gustos, pero cabe aclarar que desde el principio le mentí sobre algunas cosas de mí, ¡No se porqué lo hice! pero necesitaba satisfacer todas sus expectativas sobre mí, no quería que me dejara de hablar por ser tan distintos.
Pero en unos cuantos días las cosas empezaron a cambiar, él actuaba diferente conmigo como si le gustara. Recuerdo que nuestros compañeros nos molestaban porque hablábamos demasiado y pensaban que nos gustábamos pero a pesar de que él fuera el único chico con quien hablaba no sentía que me gustara  y aún así me mentalicé que sólo me quería como una amiga y me estaba haciendo ilusiones sobre el tema.

Hasta que llegó ese día en el cual me preguntó algo que me hizo pensar de nuevo que yo le gustaba, era el fin de la jornada y aún recuerdo como si fuera ayer como mis mejillas se encendieron al escuchar su voz

—¿Te puedo dar un beso en la mejilla? —preguntó ruborizado.

—Sí— asentí con la cabeza.

Y sentí como sus suaves labios rozaban mi mejilla, quedé paralizada y lo único que hice fue despedirme, durante ese día no paraba de pensar en ese beso pero me dije a mi misma —¡Basta! — ¡No pienses en él, no te ilusiones, no seas estúpida! —Pero a partir de ahí, nada volvió ha ser igual.

Nos separaron por hablar tanto—qué novedad, pensé—y lo alejaron de mí hasta el otro extremo del salón. Dios ahora si que estaba aburrida, no sabía que hacer ni con quien hablar, mi única opción fue prestarle atención a los profesores que no tenían temas interesantes para enseñar. Hasta que en un momento inesperado siento como alguien me llama—giro mi cabeza cuidadosamente y veo como un chico alto y lleno de acné me dice—Ey! —aquel chico te mando una nota.
—Gracias —respondí y miré hacia quien me la había mandado, un chico medio guapo que tenía un estilo bastante sofisticado, moreno, medio acuerpado, cabello organizado y oscuro, ojos pequeños y cafés.

A partir de ese momento sentí una atracción por él que me hizo olvidar a Juan David, ya que él no se volvió a acercar a mi ni yo a él...



Oye tú!..Sí tú! El Que Me DestruyóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora