La historia que nunca se contó [ Dumbledore x Grindelwald ]

Capitulo 3

Comenzaba una nueva semana y a medida que pasaba el tiempo, Gellert y Albus se habían echo muy buenos amigos, casi inseparables. Pero en Albus había otro sentimiento que no era exactamente amistad, iba más allá de eso. Era una tarde soleada, Gellert y Albus habían quedado en verse en un bosque cercano para averiguar más de las reliquias de la muerte, pues habían encontrado un libro que explicaba algunas cosas sobre las reliquias y así despejar algunas dudas. Albus llevó algunas cosas para comer, por si se quedaban hasta tarde. Cuando Albus llegó se dio cuenta de que Gellert ya estaba allí, se sentaron debajo de un árbol para que les llegara la sombra. Después de un rato se dieron un descanso para comer, Gellert se dio cuenta de que Albus estaba muy pensativo, más de lo normal.
- Te sientes bien Albus?
- Si, si, no pasa nada, solo me preguntaba que vamos a hacer cuando tengamos todas las reliquias de la muerte? - Preguntó mirándolo a los ojos.
- Pues vamos a ser los magos de la muerte, vamos a ser reconocidos por todo el mundo mágico y muggle - Albus solo asintió - No te creo - Dijo Gellert- Te pasa algo más - Albus no estaba seguro de decirle lo que en realidad le preocupaba, no sabía cómo se lo tomaría, si le correspondería o no. Cómo le decías a tu mejor amigo que en realidad te gustaba pero tenías la incertidumbre de que él compartiera ese sentimiento, así que decidió poner una excusa - Mi hermana Ariana  siempre esta encerrada en casa desde qué pasó un incidente con unos muggles y no me gusta verla así - Gellert sonrió y dijo - Cuando tengamos las reliquias tu hermana no se va a esconder nunca mas va a tener una vida normal y muy alegre gracias a su hermano - Le revolvió el cabello a Albus y le sonrió.
- Gracias por ser tan comprensivo - Dijo Albus con una sonrisa tímida - No hay de que, para qué están los amigos - Dijo pasando su mano por los hombros de Albus abrazándolo.
Albus se sonrojó un poco, nunca se iba a cansar de el, siempre lo sorprendía con un abrazo, una sonrisa por simples detalles que él apreciaba.

ALOHOMORA
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