Con un sentimiento roto y un dedo sobre el teclado

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Día 10 (creo)

Hoy la verdad está siendo un buen día. Intento tener el mínimo contacto con él y parece que funciona. Estoy perdiendo un poco la preocupación, pero sigo teniéndole mucho respeto, siento que aunque no le veo, el está siempre ahí.

La fiesta fue bien demasiado bien a decir verdad. Pero siempre ocurre el día de después.
No puedo más de verdad, y me avergüenza mucho. No quiero pensarlo pero él me lo recuerda. Veo sus ojos que me dicen que nunca me va a querer, que no soy nada, que mi único propósito de estar vivo es que él pueda vivir también, dentro de mi, como un parásito alimentándose de mis miedos e inseguridades. En ese caso puede incluso que se empache.

El día de después. Ese es mi juicio final, el día de después. Ese mismo día en el que deseo haber tomado otro camino, en el que no haberla conocido. Busco apoyo en amigos, me dicen que es mejor olvidar, pero como olvidar a alguien que está más en tu cabeza que tú mismo, como olvidar a alguien que te ha dado tanto sin ni siquiera saberlo, como olvidar a alguien que te hace sentir que vales algo la pena y de alguna manera te convence de que no eres un inútil al que nadie quiere.
Pero al final todo es verdad.

Al final ya nada importa.

Todo se va a la mierda, y el primero yo.





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