Posesivo. | Bakugou Katsuki x Kirishima Eijiro

#O1

—¡Amigo, tienes que estar... bromeando!

Kirishima se giró ligeramente para observar a Kaminari, aunque ambos mantenían el mismo ritmo acelerado de sus pasos. Era domingo por la mañana y cada alumno de la clase 1-A se encontraba con sus trajes puestos corriendo entre la inmensidad de su enorme academia. ¿La razón? Una persona no identificada había conseguido ingresar a su escuela y ahora, con alerta máxima debido a todos los inconvenientes ocurridos con anterioridad, todos los chicos con licencia provisionales de esa aula buscaban desesperadamente al intruso, esperando capturarlo antes de que eso se convirtiera en un evento incontrolable.

—¡Es domingo! —El pelirrojo oyó la voz agitada de Mineta corriendo desesperado mientras intentaba mantenerles el ritmo—. Ahora mismo deberíamos estar descansando... ¡No aquí buscando a un villano!

—Pero, esto es lo que los héroes hacen, ¿no? —Kirishima les sonrió a modo de apoyo—. Además, es bastante masculino abandonar los días de descanso para evitar conflictos.

—Cielos. —Kaminari jadeó—. No podemos esperar algo diferente de ti, ¿no?

—¡Malditos bastardos! ¡Más les vale dejar de hablar idioteces y mover el trasero o los mataré yo antes de ese estúpido extra!

—¡Bakugou! —El pelirrojo se alegró al ver al rubio aparecer y correr casi a su lado—. ¿Encontraste algo?

—Claro que no —respondió con seriedad—. De lo contrario ya lo habría capturado, este maldito terreno lleno de árboles hace imposible ver más lejos.

—Tokoyami y Uraraka están buscando por sobre los árboles... Seguro ellos encontrarán algo.

—Pues que dejen de ser tan inútiles y lo encuentren pronto, maldición.

Kirishima le sonrió a su mejor amigo y este sólo chasqueó la lengua para que luego continuaran revisando todo lo que sus campos visuales les permitían. Él sabía que Bakugou era perfectamente capaz de sostenerse sobre los cielos con sus explosiones, pero le había pedido al rubio que evitara hacer demasiado ruido porque de lo contrario llamarían la atención. Aizawa ordenó que la situación se mantuviera como algo interno sólo de la clase 1-A, por ello, incluso Todoroki y Bakugou se encontraban con sus trajes y buscando al intruso a pesar de aún no haber obtenido sus licencias.

El pelirrojo estaba feliz de que Bakugou se controlara, y aunque sabía que el rubio era perfectamente capaz de comprender lo que debía o no hacer, Kirishima se permitió ser un poco egoísta y darse más crédito del que le correspondía; después de todo, fue él el que detuvo a Bakugou justo antes de que este explotara sus palmas contra el césped.

Su sonrisa se agrandó al recordar ese detalle y cuando estuvo dispuesto a agradecerle a su mejor amigo, dirigió su mirada hacia el rubio pero halló algo extraño. Enfocándose al lado de Bakugou, ahí, escondido entre la gran cantidad de árboles y hojas, unos ojos brillantes los observaban directamente. Kirishima vio el instante en que esa mirada se enrojeció y pronto un rayo salió de ella, dirigiéndose directamente a Bakugou.

Sin pensarlo, el pelirrojo detuvo sus pasos para impulsarse y se lanzó contra su mejor amigo, recibiendo directamente el disparo del rayo y rodando por el suelo. Activó su quirk al segundo después, pero más que el golpe de un rayo, parecía como si una luz irradiara contra su piel, enrojeciéndola poco a poco, emanando un brillo al estilo radiactivo, aunque este no quemaba ni dolía, tampoco sentía nada extraño.

—¡Kirishima! ¡¿Qué carajos?!

Los chicos se detuvieron mientras Kirishima se levantaba lentamente del suelo. Bakugou corrió preocupado hacía él, hasta que escucharon el sonido de ramas rompiéndose y pronto el intruso apareció de entre los arbustos, dejándose ver finalmente.