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Hay algo golpeando mi ventana, más bien dicho están aventando piedras a mi ventana a eso de las ¿12 de la madrugada?
Por dios, justo cuando estaba tratando de aprenderme de memoria la exposición que llevaría acabo el martes.

Me levanté de la silla giratoria y con pasos lentos me acerque a la ventana, abriendola con facilidad y asomando mi cabeza hacia el exterior checando quién era ése maldito que osaba de interrumpir la tranquilidad en mi casa.

Cambié de opinión en cuanto vi a un  pelirrojo que estaba ahí observandome en mi patio. Lo miré curioso antes de molestarme realmente por su actitud.

—¡Te has vuelto loco! Mi familia está durmiendo a ésta hora, Hoseok.

Susurré lo más bajo posible más Hoseok seguía estático ahí en mi patio, su rostro no expresaba que estaba del todo bien.

—¿Podrías bajar por unos minutos? Realmente necesito a alguien en quién apoyarme... Alguien que es tú.

Hubo unos minutos de silencio en que los dos nos mirábamos, hasta que al final solté un suspiro dándome por vencido y accediendo a lo que me decía Hoseok. Me coloqué unas pantuflas de un muñeco de BT21 y salí de mi cuarto de puntillas, intentando que nadie se despertara e hiciera el gran escándalo ésa noche. Bajé las escaleras a paso rápido y abrí la puerta de la entrada. Esperé unos minutos a que Hoseok entrara, no obstante el chico de cabello rojizo se resignó a entrar haciendo un puchero y cruzandose de brazos, me obligó a ir hasta dónde estaba él parado.

Maldición Hoseok, tengo una enorme flojera de mover mis pies hasta la fría oscuridad de la calle. ¿Por qué rayos no te metes a mi casa como personas civilizadas que somos?

Logré llegar hasta dónde estaba sin pensar que, antes de que dijera una palabra o lo saludara ya estaba abrazandome con aquellas manos congeladas del frío, posó su quijada sobre mi hombro derecho y no me soltó. No me soltó durante unos muy largos minutos y no pensaba tampoco interrumpirlo, algo me decía que aquella cita con Taehyung no fue para nada agradable.

—¿Me dirás que es lo que te sucede?— Hablé después de que se separó de mí, su cabeza estaba agachada mirando el suelo pero aún así asintió— Muy bien, porque realmente no planeo dejarte mucho tiempo afuera con éste frío, por dios Hoseok debiste de llevarte una chaqueta.

—No quería llevarla, porque sabía desde un principio que iba a parar a tu casa y recibir un cálido abrazo de tu parte.

No tartamudeo pero su tono de voz fue bajando poco a poco cuando mencionó sobre que se sentía a gusto con los abrazos que según ''yo daba''.

—Eres un tonto Hoseok. Vas a enfermarte a éste paso.

Le regañe y su respuesta fue un ligero estornudo.

—Yoongi, podría decirte que de todas las citas que he tenido alrededor de mi adolescencia y adultez, ésta es una de las peores. —Frotó sus manos para sentir un poco de calor— Taehyung casi me besa a la fuerza...

Abrí los ojos estupefacto ante aquella confesión. Mi sentido amigo protector se estaba activando en estos instantes y aunque era una de las primeras veces que lo demostraba me estaba comenzando a cegar por completo.

—Ése idiota... grandísimo imbécil de primera.

Comencé a soltar maldiciones ante aquel rufian que se atrevía a agarrar a mi amigo como si fuera un juguete cualquiera, eso no me estaba gustando.

Eso no era parte del trato.

—Oh no Yoongi, no quiero que lo golpees o te metas en problemas por mi culpa. Sólo quería contarte lo que me ha sucedido, en verdad soy lo suficientemente maduro como para resolver mis problemas yo sólo, ¿Quedó claro?

Gruñí en respuesta, ésa actitud no me gustaba ya que yo siempre defendía a mi mejor amigo de lo que le decían o hacían los demás y aunque me costara asimilarlo aquella etapa de niños-adolescentes había quedado muy atrás hace ya un largo tiempo.

—Está bien, pero si se le ocurre volver a manipularte a su antojo no respondo, Hoseok. No respondo.

Y mi amigo soltó una risotada, tiritando y congelandose del frío ahora todo le resultaba gracioso.

—Le he dejado muy en claro cual es su papel en mi vida y aunque en serio no quería lastimarlo, no me dejó otra opción...—Volvió a ponerse serio— Me siento asustado porque, es la primera vez que un chico como Taehyung me jura por cielo, mar y tierra que no va a descansar hasta que me olvide completamente de ti. Juré que hace unos momentos me podría estar siguiendo en el recorrido hacia tu casa.

—Que enfermo está ése tipo, mira si está detrás de esos arbustos me lo madreo, un tipo como él no entra a mi casa.

—Sólo estoy bromeando, Yoongie— Metió sus manos en los bolsillos de mi suéter, como en los viejos tiempos— Yo jamás dejaría que Tae o cualquier tipo me siguiera camino a casa de mis amigos, ni siquiera los traería a que se presentaran. Porque no soy así, y me enfurece la gente que no respeta la privacidad de uno.

—Anda pero que tal que en una de ésas no te das cuenta y te siguen hasta tu casa e ingresan dentro de ella, no no, mejor vete preparado para darles su pal...

Fue rápido, ni siquiera me dio el tiempo necesario de pestañear ni siquiera de retroceder o mover la cabeza.

Hoseok me había besado la nariz.

Las palabras que quería decir me las tragué en ése instante y sólo me lo quedé mirando directamente a los ojos. Me había agarrado de imprevisto.

—Deja de preocuparte de ésa manera por mí, haces que mi corazón se acelere rápidamente y que llegue hasta el punto de dolerme el alma.

Sacó sus manos de mis bolsillos y despeinó mi cabello, antes de salir corriendo de ahí.

—¡HOSEOK ESO SE SUPONE QUE NO HACEN LOS AMIGOS!

Grité.

Pero creo que no me escuchó.

F R I E N D S » Yoonseok (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora