Capítulo 10

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Ross tomó una de las manzanas que se encontraban frente a nosotros, en un enorme bowl de cristal, con bonitos acabados de distintos colores.

Le dio una gran mordida y Rydel sonrió al verlo, extendiendo las manos hacia él.

El rubio frunció las cejas, extrañado, mientras que yo únicamente reí con las acciones de ambos.

Finalmente Ross le acercó la manzana a la pequeña y ella únicamente pasó sus labios por la textura de la fruta, al no poder morderla bien.

-¿Quieres un poco?- Pregunté y la pequeña rubia asintió con la cabeza.

-Ve a la sala, ahora mismo te la llevo. ¿De acuerdo?

Asintió la niña sonriendo y caminó deprisa hasta el sofá, donde tomó asiento mientras veía la televisión y disfrutaba de la película animada que pasaban en el canal puesto.

Ross me miró de reojo y después a su hermana.

Caminó siguiéndome hasta la cocina, mientras se quitaba sus auriculares.

Llevaba una semana haciendo esto, y a decir verdad, no estaba nada mal.

Rydel era una niña preciosa y obediente, y no me daba ningún problema.

Ross parecía comportarse conmigo cuando nos encontrábamos en su casa, pues no me había molestado ni una sola ocasión hasta entonces.

Tomé una manzana y la coloqué sobre una tabla, cortándola después en pequeños trozos.

-No sé como logras controlarla, cuando estoy solo con ella es una pesadilla.

Se quejó Ross de repente, mirando como vaciaba la manzana ya picada en un tazón, para después llevársela.

Regresé a la cocina con él y sonreí.

-Debes tener paciencia, Rydel es una niña hermosa, no sé como dices tantas cosas.

Puso los ojos en blanco y reí.

Mi plan para tener contentos a mis padres y juntar dinero para el automóvil estaba funcionando bastante.

Tan solo en la semana que llevaba trabajando como la niñera de Rydel, ya había ganado bastantes billetes.

El objetivo de que Daniel lograra ponerse celoso sobre mi acercamiento con Lynch, únicamente había funcionado el día de la fiesta, y nada más.

Aún no lograba que me enviara algún mensaje, o me buscara.

Y eso en realidad me tenía bastante preocupada.

Mi mente empezaba a idear cosas y más planes para poder salirme con la mía, pero finalmente terminaba descartando mis opciones, hasta que pensé en la última.

No era tan descabellada y podía servir bastante bien.

Miré al rubio, quien era parte clave de mi plan si es que pensaba en llevarlo a cabo.

Se mordió un labio mientras se acomodaba el cabello y revisaba algo en su celular.

De inmediato le quité el aparato electrónico y lo guardé en el bolsillo trasero de mis jeans.

-Dámelo. No pienso sacarlo de ahí.

Me miró, molesto.

Reí, profundamente satisfecha por tener ahora toda su atención.

Ross seguía sin comprender exactamente porque seguía aferrada a la idea de regresar con Daniel, de volver a estar con él después de lo que había pasado.

No Te Enamores // Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora