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Tiempo



[Época actual]



[Época actual]


La humedad del calabozo se había filtrado en mis huesos. El silencio se había convertido en un manto opaco que me envolvía, una prisión sensorial que me impedía escapar de la oscuridad que me rodeaba.

No podía dejar de pensar en Jungkook, su rostro se asomaba a mi memoria como un fantasma de dulces recuerdos. Su regreso de China, a un internado real para príncipes, había sido un golpe duro. Ahora, de vuelta en el reino, su presencia era un recordatorio constante de la crueldad de la vida.

Un año había pasado desde su regreso. Se había convertido en el rey, había sido coronado, y había encontrado "el amor" en la princesa Hye, una princesa de un reino desconocido, con quien había prometido casarse. Pero esa prometida era la causa de mi mala suerte.

—¿Por qué me mandaron aquí, Majestad? — murmuré, mi voz se perdió en el abismo de la oscuridad. — ¿Qué es lo que hice mal?

Había estado encerrada durante una semana, y aún no tenía idea de cómo había llegado hasta aquí. Lo último que recordaba era haber intentado convencer a Jungkook de que dejar a Jin solo no era la mejor de las ideas.

—¿Cómo es posible que me consideren una traidora, Majestad? — dije con un tono de voz agrio. — Solo quería ayudar.

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda, un escalofrío de miedo y ansiedad. No sabía qué era lo que había pasado, pero no podía dejar de sentir que algo terrible se acercaba.

Los barrotes de la puerta se abrieron con un crujido metálico que me heló la sangre. La luz de la luna, que a penas iluminaba el calabozo, se intensificó por un momento, revelando la figura de Jungkook de pie en la entrada. Se veía distinto, más maduro, más imponente. Sus ojos café, que antes brillaban con una alegría infantil, ahora transmitían un frío que me hizo estremecer.

— Yangmi — dijo, su voz era un susurro que se mezclaba con el eco del silencio.

— Rey — respondí, mi voz se quebró con la sorpresa.

—  Vine  a  verte.  —  dijo  Jungkook,  sus  labios  se  curvaron  en  una  sonrisa  cruel  que  no  alcanzaba  a  sus  ojos.

—¿A  verme, Majestad?  —  pregunté  con  un  tono  de  voz  incrédulo.  —  Pero  ¿cómo  es  que  puede entrar  aquí?

—  Recuerda que soy el rey.  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  burlona,  su  tono  contrastable  con  la  frialdad  de  su  mirada.  —  pero lo  importante  es  que  estoy  aquí  contigo.

Se acercó a mí, sus manos frías se posaron sobre las mías como garras de hielo.

—  ¿Sabes por qué estoy aquí? —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  amarga,  sus  ojos  se  clavaron  en  los  míos,  y  sentí  un  escalofrío  recorrer  mi  espalda.  —  para culminar con esto.

— ¿Que le hice, Majestad?   —  pregunté  con  un  tono  de  voz  agrio.  —  ¿Qué  es  lo  que  hice   mal? Solo estoy salvandolo de su propia caída.

El rey jungkook la ignoro y procedió a hablar.

—  Hye  se  enfadó  mucho  cuando  le  dijiste  traidora —  respondió  Jungkook  con  un  tono  de  voz  suave,  sus  labios  se  curvaron  en  una  sonrisa  despectiva.  —  Ella  creía  que  estabas  interfiriendo  en  sus  asuntos.

—  No  la  llame  traidora,  Majestad.  —  dije  con  un  tono  de  voz  firme.  —  Ella  no  es  digna  de  su  amor.

—  ¡Silencio!  —  gritó  Jungkook,  sus  manos  se  cerraron  en  puños.  —  No  te  atrevas  a  hablar  así  de  Hye.

—  Majestad,  ella  es  una  mentirosa,  una  traidora...  —  comencé  a  decir,  pero  Jungkook  me  interrumpió.

—  ¡Cállate!  —  gritó  Jungkook,  su  voz  resonó  en  la  oscuridad  del  calabozo.  —  Deja  de  meterte  en  lo  que  no  te  incumbe.

—  Pero...  —  traté  de  protestar,  pero  Jungkook  se  acercó  a  mí  y  me  tomó  del  brazo  con  fuerza.

—  Escucha  bien.  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  frío  y  amenazante.  —  Te  voy  a  liberar  de  este  calabozo,  pero  serás  mi  esclava  personal.  Y  si  te  niegas,  la  familia  Park,  a  quienes  tanto  quieres,  sufrirán  las  consecuencias.  Obedecerás  a  mis  órdenes  sin  preguntar.  Y  te  disculparás  con  Hye  en  el  momento  en  que  yo  te  lo  ordene.

—  ¡No!  —  grité,  sintiendo  un  escalofrío  recorrer  mi  espalda.  —  No  le  pediré  perdón  a  ella.

—  No  tienes  opción.  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  frío.  —  Tú  eres  una  sirvienta,  y  yo  soy  el  rey.  Y  el  rey  siempre  tiene  la  última  palabra.

—  Pero,  Majestad...  —  traté  de  decir,  pero  Jungkook  me  interrumpió  de  nuevo.

—  ¿O  quieres  que  proceda  a  dañar  a  la  familia  Park?  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  frío  y  amenazante.  —  Tú  sabes  que  puedo  hacerlo.

—  No,  Majestad,  por  favor.  —  dije  con  un  tono  de  voz  suplicante.  —  No  les  haga  daño.

—  Entonces  haz  lo  que  te  he  dicho.  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  frío.

—  Pero  Majestad,  ella...  —  comencé  a  decir,  pero  Jungkook  me  interrumpió  de  nuevo.

—  No  quiero  escuchar  más.  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  frío.  —  Decide  ahora.  Es  tu  libertad,  el  perdón  hacia  la  familia  Park  y  que  ellos  puedan  dejar  este  reino  y  ser  libres.

—  Majestad,  por  favor,  déjeme  pensar.  —  dije  con  un  tono  de  voz  suplicante.

—  No  hay  tiempo  para  pensar.  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  frío.  —  Decide  ahora.

—  Majestad...  —  traté  de  decir  algo  más,  pero  Jungkook  me  interrumpió  una  vez  más.

—  No  me  obligues  a  hacer  lo  que  no  quiero  hacer.  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  frío  y  amenazante.  —  Decide  ahora.

—  Majestad...  —  traté  de  decir  algo  más,  pero  Jungkook  me  interrumpió  de  nuevo.

—  ¿Qué  va  a  ser?  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  que  hielo,  como  si  las  palabras  salieran  de  un  hoyo  profundo  en  su  alma.  —  ¿Vas  a  obedecer  o  quieres  que  el  castillo  se  llene  de  llanto?

—  No  les  haga  daño,  Majestad.  —  dije  con  un  tono  de  voz  suplicante,  sintiendo  cómo  mi  cuerpo  temblaba.  —  Por  favor,  no  les  haga  daño.

—  Entonces,  ¿qué  escoges?  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  frío,  como  si  ya  hubiera  decidido  mi  destino.

—  No...  no  quiero  ser  su  esclava.  —  dije  con  un  tono  de  voz  roto,  sintiendo  cómo  las  lágrimas  se  acumulaban  en  mis  ojos.  —  No  voy  a  disculparme  con  ella  cuando  sé  que  no  hice  nada  malo.

—  Entonces  no  tengo  opción.  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  frío,  sin  mostrar  ninguna  pizca  de  compasión.  —  La  familia  Park  tendrá  que  sufrir  por  culpa  de  tu  orgullo  y  necedad.

—  Majestad,  por  favor...  —  comencé  a  suplicar,  mis  manos  temblaban  con  fuerza.  —  No  les  haga  daño.

—  Ya  te  dije,  Yangmi.  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  frío,  sus  ojos  se  clavaron  en  los  míos,  y  sentí  un  escalofrío  recorrer  mi  espalda.  —  Tienes  la  opción  de  hacer  lo  que  te  digo,  o  sufrir  las  consecuencias. Piénsalo, tu familia sería libre y ya no tendrían que pagar cada plato roto. Y tú, serías libre de este calabozo. Todos ganan.

—  Pero  quién  me  asegura  que  los  dejara  libres  y  no  los  lastimara —  dije  con  un  tono  de  voz  roto,  mi  corazón  se  llenó  de  desesperación.  —  ellos  son  todo  lo  que  tengo  y  usted  lo  sabe. - asentí con la cabeza.

—  Por  eso  mismo  porque  son  lo  único  que  tienes  deberías  pensar  en  ellos,  o  eres  tan  egoísta  para  dejarlos  morir.  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  frío,  sus  labios  se  curvaron  en  una  sonrisa  cruel.

—  Majestad,  por  favor,  déjeme  pensar.  —  dije  con  un  tono  de  voz  suplicante.  —  Déjeme  pensar  en  lo  que  es  mejor  para  todos.

—  No  hay  tiempo  para  pensar  es  ahora  o  nunca. Tu silencio será mi respuesta  —  dijo  Jungkook  con  un  tono  de  voz  frío,  su  mirada  se  intensificó  y  un  brillo  de  furia  se  asomó  en  sus  ojos.  —  Tienes  hasta  el  amanecer  para  decidir.

Jungkook  se  dio  la  vuelta  y  se  marchó,  dejándome  sola  en  la  oscuridad  del  calabozo.  Sentí  cómo  el  miedo  me  consumía.

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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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