Black Crows

Prologo (B): El ladrón del guante vació.

En esta historia nos centraremos en Kuro, el menor de los dos "hermanos", para esto nos remontaremos unos años, Kuro era un chaval inocente el cual vivía con sus padres, este recibía malos tratos incluso palizas, pero un día llego el ladrón de guante vació , un ladrón famoso por poder entrar en cualquier parte pero no llevarse nada, aunque, pocos sabrían que ese día iba a ser el primer día que "robaría" algo. Por la mañana el ladrón empezó a buscar lugares por los que entrar a la mansión, este encontró varios huecos mientras que estaba observando, en poco tiempo empezó a escuchar ruidos, esto se trataba de la familia de Kuro echándole la culpa de todo de nuevo. El hermano había roto la lampara favorita de la madre y dijo que fue Kuro, Este estuvo 3 días sin comer y demás malos tratos y encima ahora tenia que cargar con un castigo más. Este al ver eso, empatizo con el chaval y a la noche entro, y se encontró con el chaval al cual le preguntó:

- ¿Quieres venir conmigo? 

A lo que el chaval respondió:

- Por favor...

Este estuvo entrenándole por años en el arte del robo, lo entreno físicamente, mentalmente, hizo de el su pequeño discípulo. Un día fueron a la Iglesia San Athán, en busca de un viejo amigo de Kato (El ladrón de guante vació). Este era el Padre Ethan, uno de los mas poderosos magos de magia blanca de la ciudad. Estuvieron hablando durante muchísimo tiempo hasta llegar a un acuerdo. En el caso de que a Kato le pasara algo, Ethan se quedaría con Kuro a cambio de una pequeña reliquia. 

Con el paso del tiempo le pusieron precio a la cabeza de Kato, impuesta por los padres de Kuro. Un día un famoso gremio oscuro intervino y fueron a por Kato, Este no se especializaba en la batalla, por lo tanto, tras una batalla encarnizada protegiendo a Kuro este fallece. Kuro empezó a llorar y gritar, tras esto cogió un cuchillo y se dispuso a atacar al asesino de Kato, pero, justo antes de asestar el golpe el padre Ethan lo abraza y lo consuela, tras un hechizo este quedo dormido y teletransportado a su Iglesia,  tanto él como su "padre" Kato. Aunque este no pudo ser salvado.

Este niño a sido acogido por la Iglesia, por lo tanto, es mi responsabilidad. (Dijo firmemente Ethan)

Al escuchar esto, los magos del gremio se fueron.  Al día siguiente Ethan le contó cual era la reliquia que le había dejado Kato. Se trataba de un guante, un simple guante blanco, o no tan simple, ya que este guante tenia el poder de clonar cualquier cosa. Este objeto fue heredado por Kuro y entrenado a usarlo por Ethan. Cuando este logro perfeccionar el arte... ocurrió, Dios fue derrotado por Lucifer. Esto provoco que un grupo de ángeles caídos arrasara con la ciudad, pero antes de eso Ethan,  protegió la iglesia todo lo que pudo, Casi toda la iglesia fue destruida igualmente, y hubo muchas bajas, muchas monjas  o incluso niños. Ethan al ver todo esto le dijo a Kuro que saliese corriendo lo mas rápido posible, ya que este había gastado todas sus energías,  Kuro dijo que no quería dejarlo atrás y se quedo esperando, Ethan vio como un ángel caído detrás de Kuro se preparaba para atacarle, y este se sacrifico para salvarlo, apartándolo y sufriendo el golpe. Kuro después de ver esto, sufrió de nuevo la perdida de un ser querido, ¿para que sirve poder tenerlo todo, si poco después lo perderé? Fue la pregunta que provoco la ira de este. Kuro empezó a emanar esencia de la reliquia y creo una espada la cual robo su "Padre" (El ladrón de guante vació) en la mismísima iglesia de Ethan, Una espada con el suficiente potencial como para matar a un ángel . Esta espada llamada Sentera acudió a el grito de llamada de Kuro y lo acepto como su portador por un breve tiempo, pero el suficiente como para mover un brazo y aniquilar al ángel, aunque a cambio de su vida, justo cuando Kuro se decide a atacar es teletransportado lejos de la aldea por Ethan desmayándose, para despertar con el ruido de un grito angustioso. Un grito que tenia el mismo sonido que su dolor.

Y esta es la historia de Kuro, el hijo del ladrón de guante vació.