—Puedes dejar de mirarme— Le grito irritada.
—Si no fueras tan grosera tendrías más amigos, ¿Sabías?— dice pasando su mano por su cabellera y luego añade–. Por cierto gracias por ayudarme.
—No me agradezcas porque si te soy honesta no sé porque te ayude.
—Mi nombre es Nick— dice y me extiende la mano la cual dejo plantada.
—No me importa.
Nick permaneció en silencio durante un largo tiempo, aveces me miraba discretamente y yo fingía no darme cuenta. No podía negar que aveces mi lado maligno me hacía mirarlo y en algunos momentos no podía despegar mi mirada de su rostro. Estaba contando las horas para poder salir de aquí y tratando de pensar lo que le iba a decir a mis padres cuando llegue a casa... si es que acaso se dieron cuenta de mi ausencia.
—¿Por qué nos odian tanto?
Su pregunta me dejó sin respuesta, me quedé callada por un largo tiempo pensando porque los odiábamos tanto pero nada pasó por mi cabeza porque ahora que lo pienso era muy irracional decir que odias a una persona cuando no tienes ningún afecto hacia él o ella.
—Yo no te odio— dije al fin y este sonrió
—Me alegra saberlo ya que voy a estar encerrado contigo toda la noche— susurra y se acerca a mi, su cercanía por una extraña razón me relajaba y me brindaba una cierta comodidad que nunca antes había sentido o recordado.
Estábamos encerrados en el laboratorio, todo al nuestro alrededor estaba oscuro para poder evitar la atención de cualquier persona que se encontrara por los pasillos. No teníamos ningún tipo de comunicación, nuestra única compañía éramos nosotros mismos.
—¿Tomas alcohol?
—¿Qué tienes ahí?— pregunta al ver mi sonrisa pícara.
Saco las dos cervezas de mi mochila que James me había dado para la fiesta de hoy y le paso una a Nick.
—¿Por qué no lo mencionaste antes?— me pregunta con una sonrisa y encojo los hombros.
—¿Tienes un destapador?— le pregunto y me pasa unas llaves. Me quedo un rato mirando las llaves confundida y Nick se ríe a carcajadas.
—Deja que el maestro lo resuelva- dice imitando el tono de un profesional tomando la botella y el destapador.
En unos pocos segundos me sorprendo al ver la botella abierta y comienzo a reírme sin razón alguna. Comenzamos a beber hasta sentirnos mareados, la compañía de Nick era muy placentera y me hacia darme cuenta lo mucho que necesitaba a un amigo de verdad.
—Vamos a jugar— le digo y este asiente.— El juego se llama "adivina quien soy" y consiste en actuar como una persona y el otro debe de adivinar quien es.
—¿Puedo empezar?
Nick se para y comienza a caminar fingiendo que está saludando a todos alrededor, luego toma el cráneo de uno de los esqueletos del laboratorio y me señala queriendo hacerme entender que el cráneo era mi cabeza y sin pensarlo dos veces comienza a besarlo con pasión. Al verlo besando el cráneo no puedo evitar sentir algo dentro de mi ¿Deseo? o esas patéticas mariposas que las mujeres dicen sentir.
—¿Todavía no sabes quién es?— dice en tono de burla sin saber lo que su estupida actuación me está causando dentro.
—¿James?—digo tartamudeando
—Catherine, ¿Estás bien?— dice acercándose a mi, pero lo evito. No sé lo que me está pasando y tampoco quiero averiguarlo.
—Si, solo estoy cansada—me acuesto en el piso y finjo cerrar los ojos, luego siento algo cubrirme y un aroma a vainilla inunda mis fosas nasales
Era su abrigo.
—¿Catherine?
—¿Si?—pregunté sin mirarlo
—No quiero que esto acabe aquí.
Y cuando por fin me atreví a mirarlo ya tenía los ojos cerrados.
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Éramos Más Que Mentirosos
Romance"No juegues conmigo." El me dijo mientras me empujaba hacia la pared, mis dos muñecas en sus manos. "Por qué no, eh?" Le dije seductivamente, y luego para mas molestia, me mordí el labio inferior. El respiro profundamente y me miro a los ojos. "Te...