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Un día desperté y no vi tu mensaje de buenos días que siempre me mandabas, llegué al colegio y tuve que contener las ganas de darte un beso, como siempre hacía, simplemente seguí de largo saludando a mis amigas.
El tiempo pasaba y no viniste a "molestarme" como hacías antes, te quedaste en tu lugar, al igual que yo. Llegó la hora del recreo y me quedé sentada, esperándote, esperando algo de tu parte que nunca llegó. Te escuché reír, felíz y sentí una punzada en el corazón al saber que nunca más voy a poder provocar esas risas, las horas pasaban y mi ánimo iba bajando cada vez más por suerte llegó la hora de salida, ya tenía las cosas guardadas así que simplemente agarré mi bolso y salí casi corriendo, no saludé a nadie, no quería, me quería ir, me sentía atrapada, agobiada, ansiosa, deprimida... Te extrañaba.
Llegué a mi casa, mi mamá me pregunta como me fue, le respondo con un simpre bien y me voy a mi cuarto, deja las cosas, me cambio y me acuesto en mi cama, sin darme cuenta los ojos se me llenaron de lágrimas, no quería llorar, no debía, fue mi culpa; una lágrima traicionera bajó por mi mejilla y luego otra y otra y otra, saqué todo mi dolor y rabia contenida, me quedé dormida.
Me levanté sin ganas, tomé mi celular y como de costumbre, para distraerme, entre a instagram, había unas historias tuyas, las vi y desee nunca haberlo hecho. Estabas con una chica, ya sabía quien era, me dijiste que era una amiga, pero ahora dudo de tus palabras, son novios. De curiosidad entro al perfil de ella y miro sus historias, había un destacado sólo de ustedes, lo vi, había una en especial que me rompió completamente, era de la primera vez que nos habíamos peleado por primera vez, la estabas besando, se te veía feliz y a ella también.
Dejé el celular, no me quería torturar más, me sentí usada, una cualquiera, alguien desechable. Lloré de nuevo, me sentía débil, el corazón y la cabeza me dolían.
Pasó un mes y recién ahora entiendo por que no volviste, ahora entiendo tu confusión respecto hacía lo nuestro, había otra chica, al principio pensaba que ella había arruinado todo que era el estorbo, pero ahora me doy cuenta que era yo, yo era el estorbo, yo estaba en el medio.
Te vi hablar felíz de como va tu relación, lo único que podía hacer era callar y hacer como si no escuchara nada. Aún recuerdo cuando quise pedirte dusculpas por habarme alejado, recuerdo el dolor de tus cortantes y frías palabras al responderme.
Reviví dolores e inseguridades que se estaban apagando, hasta creo que volvieron con más intensidad y parece que van a tardar mucho más en desaparecer. Trato de hacer como si no me importara, como si ya te hubiera superado, pero por dentro estoy sufriendo, quiero volver el tiempo atrás.
Extraño tus abrazos, tus besos, tu sonrisa, tu risa, te extraño a vos, pero no puedo hacer nada, me conformo con verte felíz, aunque no sea conmigo.
Uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde, siempre pensé que esa frase era muy cliché, pero es muy cierta y describe perfectamente mi último mes. Se que no puedo hacer nada para que vuelvas, lo sé perfectamente, pero me hubiera gustado decirte algo que no te dije mucho en su momento y me arrepiento completamente, te quiero, como nunca antes quise a otra persona.
Gracias por haberme hecho sentir querida durante un tiempo, espero que te vaya bien en la vida.
Con amor, tu tonta.

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