Donde Park JiMin, un esplendoroso y amable vendedor, roba las flores de el Jardín de Jeon Jeongguk, el rey de las tinieblas, el cual siempre observaba al joven desde la distancia, cayendo profundamente enamorado de el jovencito.
Pero no la tendrán f...
Vale, el no creía que su día empeoraría de esta forma. Tenia miedo de voltear su rostro y encontrar a el originario de estas mismas, el terror transitaba por sus venas al pensar que seria acusado por el señor que ahora mismo lo reprendía por su mala acción de robar sus flores.
Suspiro levemente mientras mordía su labio inferior, ¡Vamos Park JiMin, no puedes ser un cobarde y rechazar tus responsabilidades!.
Tenia total razón, era mejor asumir su responsabilidad de tomar algo que no era suyo. ¿Pero que culpa tenía?, el sinceramente no tenia idea de que este majestuoso jardín tenia un dueño, que resultó realmente enojado por su atrevimiento.
-M-Mire...lamento mucho el tomar sus flores, pero en mi defensa no tenia idea que tenían algún dueño, de verdad lo...-
Pero toda palabra murió cuando finalmente volteo para encarar al dueño, sintiendo su terror aumentar al ver los tiernos cuernos que se asomaban por la cabeza de el castaño.
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Jeongguk era muy intolerante, como todo ser malvado el noventa y nueve por ciento de las cosas de el mundo lo atormentaban y fastidiaban a niveles inquebrantables.
Eran todo un martirio dirigir a millones de sus trabajadores (Esclavos siendo sinceros), no todos merecían un buen golpe en su rostro, Kim SeokJin se a demostrado como uno de sus fieles ayudantes, aunque no solo iba el, Jung HoSeok y Jackson Wang lo acompañaban como fieles perros falderos.
Durante ese tiempo han demostrado la lealtad que le tienen a Jeon como jefe, no podía mentir, de alguna forma los consideraba su familia, sabia que a Kim le molestaba infinitamente, principalmente por Jin. Aunque hace unos siglos se presento la cosa más intolerante de todas.
Unas. Putas. Flores.
De todo lo que llego a imaginar que sería su mayor enemigo como rey, imaginando a algún ángel tentativo o un monstruo que lo intentará aniquilar, llegaron esas mierdas y cualquier ensoñación que pareciera genial se derrumbo con sus miles de situaciones heroicas que lo dejarían como el mejor, murieron ante lo mismo.
No tuvo complicaciones al principio, hasta que el olor fue su primer martirio, para una criatura de el mal los olores tiernos o muy dulces eran su peor pesadilla, sin contar que le quitaban ese magnifico aspecto aterrador a su castillo. No tuvo otra opción que eliminarlas con magia, mandando una terrible ráfaga de fuego para darles uno de los peores finales, pero vaya sorpresa se llevo.
