¿Miedo? ¿Eso se come?

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El despertador suena temprano, muy temprano. Los compases de "She looks so perfect" de 5SOS resuenan en mis oídos, y no tengo más remedio que levantarme. Miro al calendario que tengo al lado del móvil, y gimo al ver qué día es hoy. Lunes. Primer día de clases.

Me levanto, y me dirijo al baño. Tengo el estómago contraido por los nervios, pero al mirarme al espejo, me veo como siempre. Quizás algo más pálida de lo habitual, pero es difícil decirlo, porque siempre tengo el mismo tono moreno suave, menos en verano, que parezco una gitana.

Con un suspiro, me peino el pelo negro, que llevo por debajo de los hombros. Me lo peino de lado, dejando la parte rapada al aire. Me lo corté el sábado. Lo necesitaba.

Quiero causar buena impresión, quiero caer bien, quiero gustar, así que cojo mi maquillaje menos intimidatorio, pues me he dado cuenta de que el que suelo usar provoca miedo en la gente. O también me han dicho que doy aspecto de borde. No me preguntéis por qué, así que opto por raya azul eléctrico, rímel, y brillo de labios.

Entro en el vestidor. No tengo ni idea de qué es considerado apropiado en Canadá, por lo que cojo mis vaqueros desteñidos favoritos, una blusa negra, y unas zapatillas normales. En un momento, estoy lista, y bajo a la cocina. Intento tomar algo, pero tengo la sensación de que lo voy a vomitar. Por suerte, mi madre no está aquí.

El instituto no está lejos, por lo que cojo mi mochila y mi skate, y salgo de casa. Siento el viento en la cara, y eso me relaja. Con los cascos puestos, me dejo llevar. Cuando quiero darme cuenta, estoy enfrente del instituto, donde una muchedumbre de alumnos, padres y profesores tapan la entrada.

Me abro paso como puedo hasta el interior, donde busco la Secretaría. Mientras ando, me voy fijando en la gente con la que me cruzo. Muchos me miran con cara de curiosidad, pero aún no he visto rechazo. Suspiro aliviada al ver un letrero que señala la Secretaría.

Abro la puerta y me dirijo a una mujer de unos treinta, que se ha dado la vuelta al oirme, y me mira sonriente.

-Hola, soy Desiree Lebrac, la nueva.- Digo en un perfecto inglés. Suerte que mis abuelos maternos son ingleses.

-Eso pensaba. ¡Bienvenida, Desiree! Ya tengo todo lo tuyo listo, tu horario de clases, tus profesores, la llave de tu taquilla, y un mapa del instituto por si te pierdes.- Me sonríe con afabilidad mientras me tiende un montón de papeles.- Por cierto, en este instituto, cada alumno tiene que escoger una actividad extra escolar. Ya sea un deporte, una actividad artística, o algo así. ¿Ya sabes lo que vas a hacer o quieres que te diga lo que tenemos?

Me quedo mirándola desconcertada. No tenía ni idea de eso.

-Será mejor que me lo diga, por favor. No tenía ni idea de eso.- Me sonrojo levemente, mientras la señora busca un hoja y me la tiende.

-Tenemos un montón de actividades. Algunas no salen por no tener suficientes alumnos, pero la mayoría salen sin problema. Te hecho una mano si quieres.- Me mira y su amabilidad me conmueve. No veo rechazo en su mirada, solo simpatía. Acepto con un gesto su ayuda.

-Tenemos equipo de lacrosse y de fútbol, ambos son muy buenos. Luego el equipo de natación, el de animadoras, uno de teatro, el de música, dibujo, baile clásico, el equipo de street dance que en verdad es baile moderno, solo que han metido todo tipo de bailes en sus coreografías...- La detengo con un gesto, entusiasmada.

-Ya he escogido. Quiero apuntarme al equipo de Street dance.- La señora me sonríe al ver mi felicidad y me apunta.

-Haces bien. ¿Sabes que el equipo participa en los campeonatos de danza moderna de todo el país? Son unos de los mejores. Si de algo está orgulloso este instituto, es de los equipos de Street dance y de Lacrosse. Y creo que realmente encajarás ahí. Toma, este es el lugar y la hora. Informaré a Lulu, la capitana.- La sonrío agradecida, y entonces suena el timbre.

No me odies.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora