O C H O

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Ese día, mientras Yoongi pasaba por las escaleras del edificio, una voz lo hizo detenerse.

- ¿Eres el nuevo del departamento, no es así? - Yoongi había volteado de forma rápida, un poco asustado por la voz que salió de la nada, pero al alzar la vista y toparse con los ojos cafés de aquel chico, todo miedo se fue de su sistema.

Su respiración se cortó, dejó de saber cómo era que funcionaba el mundo y todo lo que podía pensar y analizar era: ¿cómo un chico puede verse tan bien en una camiseta gris y pantalones negros?

- Mucho gusto, yo soy Jimin, bueno, realmente mi nombre es Park Jimin-Continuó aquel chico, con una sonrisa enmarcando su cara y bajando de las escaleras - pero creo que es más corto "Jimin ", así que llámame así. Vivo arriba -Apuntó con su dedo las escaleras y le extendió la mano a Yoongi , esperando por ser correspondido.

Yoongi ni siquiera estaba del todo bien, era mucho que procesar en su mente y seguía con la idea de que este chico no podía ser real, era demasiado guapo y simpático como para serlo. Sin embargo, logró salir de su trance y con un movimiento un poco brusco, le tomó la mano. En ese momento, ambos chicos, no pudieron notarlo, pero aquel apretón de manos se llenó de una corriente eléctrica que en definitiva gritaba "amor" por todas partes.

-Soy Min Yoongi -susurró, menos jovial, más temeroso porque sí, en definitiva, la personalidad del pelinegro quedaba opacada con la de Jimin .

Pero el rubio le sonrió, le sonrió como si se conocieran de toda la vida y él fuera su persona favorita. Le dio la idea de que podían ser amigos, de que podía darle un ligero tour por la ciudad para que conozca, le dio la idea de que no tenía por qué estar solo. Y todo ese día fueron risas, fueron momentos felices mientras paseaban por las calles de Seúl hasta que el sol se ocultó, fue conocerse y dar pasó a una amistad que, como todos sabemos, acabó en un enamoramiento por parte de ambos chicos.

El día que se conocieron fue la cosa más genial que le pudo haber pasado a ambos. El día que se conocieron, ambos en su mente, se prometieron que no querían perder al otro porque nunca se la habían pasado tan bien como cuando se conocieron. Ahora, uno lloraba desconsoladamente en los brazos de un padre qué no entendía que pasaba; el otro, lloraba en silencio abrazando una almohada y preguntándose qué había hecho mal. Ambos estaban dañados, uno era más culpable que el otro, pero aquello no importaba, porque mientras lloraban separados, acaban de darse cuenta de que aquella promesa era una más de las tantas que fueron rotas. ¿Y acaso no dicen eso? ¿Qué las promesas están hechas para romperse?

Se despertó con un dolor de cabeza horrible. Por un segundo, su mente olvidó todo, solo era otro día más en su vida, en donde nada malo había pasado. Así que, se despertó, confundido, sintiendo el peso de otro cuerpo en su cama, sin poder comprender qué había pasado anoche. "¿Jimin ?" pensó, pero entonces, todo le cayó como agua fría. No, no era Jimin (y no lo sería por quién sabe cuánto tiempo). Era su padre. Namjoon , quien había estado despierto, esperando a ambos chicos para regañarlos, pero todo lo que sucedió fue que vio a un Yoongi roto hasta no más, que cayó en sus brazos llorando todavía desconsoladamente.

Por más que quiso hablar con su hijo, este no dejaba de decir que lo sentía, que se odiaba y que todo lo que quería hacer era morir. Namjoon solo lo llevó hasta su cuarto y se quedó con él hasta que quedó dormido. No tenía idea de que había pasado pero supuso que no debía ser nada bueno, y lo primero que se le vino a la mente es que habían terminado. No estaba tan lejos de la verdad, de todas formas. Yoongi logró salirse de los brazos de su padre sin que este se despertara, fue al baño a mojarse la cara con agua fría. Sentía los ojos hinchados, el cuerpo pesado, tenía este dolor de cabeza que empeoraba a cada segundo, casi tan fuerte como el de las punzadas que sentía en el pecho.

𝗛𝝠𝗣𝗣𝗜𝗘𝗥 [𝗬𝝝𝝝𝗡𝗠𝗜𝗡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora