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No se que hacer; estoy cansada.
Cansada de ver como mi novio arruina su vida poco a poco. He intentado de todo para que Jackson intente dejar las drogas, intente llevarlo a un centro de rehabilitación, intente llevarlo a charlas, intente alejarlo de las malas amistades que le facilitaban las drogas. Incluso pensé en llevarlo a algún doctor o a una iglesia pero nada resultó así que no volví a intentarlo.
¿Porqué tuvo que suceder esto? Recuerdo que solíamos estar bien antes de las drogas, mis padres solían adorarlo, Jackson solía ser estudioso y trabajador en pocas palabras era un buen chico... era perfecto. Hasta que se reencontró con Mark y lo metió en todo esto.
Maldigo el momento en el que Mark Tuan le entregó a Jackson aquél puro de marihuana y todas aquellas sustancias que lo llevaron a la perdición. Maldigo ese día y me maldigo a mi misma por seguir aquí aún sabiendo que no cambiará.
—Jennie, las galletas.
La dulce y tierna voz de mi hermana menor, me saco de mis pensamientos. Tomó una toalla de cocina y abro el horno sacando la bandeja de galletas de mantequilla que había olvidado y por poco terminan quemandose.
—¡Casi arruinas las galletas Jennie! -reprocha la pequeña niña de cabellos castaños.
Ruedo lo ojos y pongo la bandeja sobre la mesa.
—Si estuvieras vigilandolas no hubiera sucedido.
—No puedo acercarme a la cocina, mamá dice que es muy peligroso. -sonríe.
Hago una mueca de disgustó, sirvo las galletas en un plato y tomo cuatro que había hecho en forma de corazón para llevárselas a Jackson.
—No te las comas todas, tienes que dejarle a mamá y a tú papá. -le recuerdo.
La pequeña niña de cinco años hace muecas imitando mi voz y me entrega una galleta con la forma del "rostro" de Jackson que ella misma había hecho.
—Dile a Jackson que lo quiero.
Sonrió y le acaricio el cabello. Cuando estoy apunto de salir se la casa, me encuentro a mamá en la entrada. Su rostro se ve cansado pero eso no le impide verse bien a pesar de tener casi cuarenta.
—Hola mamá. -saludó.
Ella me mira con una sonrisa la cual desaparece inmediatamente al ver la pequeña bolsa transparente en mis manos donde llevaba las galletas.
—¿Se puede saber para quienes son esas galletas, jovencita?
Su voz es brusca. Bajo la mirada incómoda, desde que Jackson había entrado en sus vicios mamá lo veía como un peligro para mi, tanto así que le había prohibido que viniera a visitarme para que Briana no lo viera pues era "un mal ejemplo para ella" pero eso no me impedía llevarla a escondidas para que lo viera. Recuerdo que mamá lo quería como a su propio hijo pues desde la muerte de mi hermano mayor Henry, el se había encargado de llenar ese vacío. Y el ver como Jackson sigue los mismos pasos que llevaron a la muerte de mi hermano mayor la destrozó por completo, ella no quería perder a otro ser querido por culpa de las drogas.
—Son para Jackson. -murmuró por lo bajo.
Escucho a mamá suspirar pesadamente.
—No lo entiendo Jennifer. -dice con molestia- ¿Porque sigues con el? ¿Porque no terminas con ese infierno antes de que te consuma a ti también?
—Mamá...
—Puedes salir con chicos como Jaebeom o Yugyeom, ¿Porque sigues tan obsesionada con Jackson?
El hecho de que nombrará al hijo de su jefe me molesto por completó. Mi corazón se celebró de golpe, desde el cambio de Jackson mi madre a estado tratando de convencerme en que termine con el. Y que comience a salir con buenos chicos entre ellos Kim Yugyeom, el hijo de su jefe el cuál según ella está enamorado de mi.
—Debo irme, vuelvo en un rato.
Sin responder a su pregunta pasó a su lado ignorandola completamente. Algunas veces sentía que mi madre tenía razón pero no podía cambiar mis sentimientos, amaba a Jackson. Lo amaba completamente.
