Lauren estaba manejando, pero no iba rumbo a mi casa.
-Hey, ¿a dónde vamos?-le dije preocupada
-Tranquila, no te voy a secuestrar, vamos a mi casa
-¡¿Qué?!-dije exaltada
-Cálmate ya, le dije a mi mamá que después de la película iríamos a cenar
-Pero mi mamá
-Tus padres lo saben, y aunque doña AngieMa-Lauren le decía así a mi madre de cariño-no quería que lo supieras, le conviene que estés fuera, cuando le hablé para avisarle estaba, peleando con tu papá
-¿Otra maldita vez? ¡Ya estoy harta!
-¡Cálmate Angélica!
-No Lauren, es que estoy hasta la madre de que se anden peleando a cada rato, si siguen así prefiero que se separen, aunque me duela pero es por el bien de todos.
-Angie, sé que todo esto te afecta mas de lo que crees pero-la interrumpí
-Lauren, créeme que intento demostrar lo contrario pero no me sale, ¡de verdad me afecta mucho! Y sé que a mi mamá también, por eso quiero que se divorcien y todo esto se acabe... Creo que es lo mejor.
-Angélica, ellos son unos adultos, son personas maduras que saben lo bueno y lo malo de las cosas y tal vez se están dejando llevar por querer aparentar ser unos buenos padres para ti cuando ya lo de ellos no esta funcionando y tú te estás dando cuenta de eso, si lo que de verdad quieres es que se separen porque no soportas vivir más así deberías de hablar con ellos
-¡Ay Lauren! Si que eres la mejor amiga que he tenido, ¡de verdad! GRACIAS POR APOYARME, gracias por ser tan buena conmigo.
-Eres mi mejor amiga Angélica y quiero que estés bien siempre. Te amo y siempre estaré para ti.
-Te adoro-la abracé
-Eeeh tranquila que estoy manejando-la solté y reímos, así nos fuimos a su casa cantando canciones de mi mamá, las dos éramos sus fans.
Llegamos a su casa y para mi sorpresa, el auto de Otto estaba ahí, esa noche estaba saliendo de maravilla. Cuando entramos, no dejaba de verme, parecía estar pensando en las mil maneras de desvestirme, y eso, me excitaba, mucho. El deseo entre nosotros era más que evidente.
-Angélica, gobiérnate, que están mis padres aquí-dijo Lauren susurrando, intenté ya no mirarlo, pero era inevitable, habíamos tenido un gran momento en el auto, no mirarnos con perversión no era una opción.
-Angélica, que gusto volver a verte
-Buenas noches señora-la saludé con un beso en la mejilla, sinceramente sentí ese beso un poco hipócrita, pero en fin, decidí dejarlo pasar
-Bueno, vamos a cenar. Hijo, ¿me harías el favor de ir a la cocina por la cena y las cosas para poner la mesa?
-Vale má. Angie, ¿me acompañas a buscar la cena y la vajilla?-dijo Otto, con una sonrisa de oreja a oreja, espero que no se le ocurra atraparme en la cocina, porque están sus padres, y yo no sé controlarme
-Eh, claro, vamos-dije un poco nerviosa y fui, él me dejó pasar, y solo sentí como me dio una nalgada, me sobresalté, era algo que nunca me esperé, Otto no puede ser más descarado, quizá por eso nos complementamos tan bien. Llegamos a la cocina y él cerró la puerta con seguro
-Óyeme Otto Padrón, ¿qué es eso de estarme nalgueando, casi en cara de tus padres?
-Nadie vio nada amor, no te preocupes-me pegó a la meseta y comenzó a besarme la boca, el cuello, los hombres, estaba como loco, como si no hubiera pasado nada antes. Comencé a agitarme de excitación. Poco a poco fue bajando sus manos hasta mi trasero, me levanté un poco y rodeé su cintura con mis piernas. Después, me subió a la meseta y comenzó a pasar sus manos por debajo de mi blusa y comenzó a masajear mis pechos. Yo seguía con mis piernas rodeando su cintura, y solo podía sentir su miembro duro como una roca.
-Por Dios Otto, eres insaciable
-Ya me conoces amor-desabrochó mi pantalón y siguió pasando sus manos por mi espalda y después por mis pechos.
-Otto, aquí no-le dije jadeando
-¡POR SUPUESTO QUE AQUÍ NO!-no puede ser, su madre nos acaba de descubrir, y la idea de tenerme de nuera no parece agradarle en absoluto. Nos separamos de inmediato, y él me ayudó a bajarme de la meseta, cuando estuve abajo, abroché mi pantalón y acomodé mi blusa
-Mamá, cálmate por favor
-¡NO ME PIDAS QUE ME CALME, OTTO! ¿DESDE HACE CUANTO ESTÁN JUNTOS?-los dos nos quedamos en silencio-¡RESPÓNDANME CARAJO!
-Desde la fiesta de Lauren-dije comenzando a llorar
-¿Es en serio? ¡¿ES EN SERIO?! ¡LES DEJÉ LA CASA SOLA PARA QUE ESTUVIERAN MÁS CÓMODOS, NO PARA QUE, AGH, OLVIDENLO, TE LARGAS DE MI CASA!-me dijo furiosa, se me acerco, y me jaloneó del brazo, sacándome de la cocina
-¡Señora, me está lastimando!-le dije como una súplica, mientras lloraba, pero ella solo me ignoró y siguió jaloneándome hasta la sala
-Mamá por favor, suéltala, la lastimas
-Tú lo sabías, ¿verdad Lauren?-ella solo bajó la cabeza, y yo comencé a hacerle señas con la cabeza para que no dijera nada. Su madre solo me miró con ojos de pistola
-Sí, sí lo sabía, pero me enteré mucho después
-Estás castigada
-No, señora, nosotros le pedimos que no dijera nada, no la castigue por favor
-¡Tú cállate!
Me sentía horrible, creo que nadie nunca me había tratado así de mal, ni siquiera mi mamá enojada
-¡YA BASTA MAMÁ, CREO QUE ESTOY LO SUFICIENTEMENTE GRANDE PARA SABER CON QUIEN QUIERO ESTAR, NO ME IMPORTA SI TÚ ESTÁS DE ACUERDO O NO!
-¡NO LE HABLES ASÍ A TU MADRE!-su padre se acercó a Otto, y él lo empujó, estaban por pelearse
-¡YA BASTA TODOS!-gritó Lauren desesperada y llorando, siempre padeció de los nervios, y cuando había problemas se alteraba, y ese fue unos de esos días
-Vamos princesa, tienes que calmarte un poco, ¿sí?-su padre la abrazó y salieron de la casa
-Nunca me habías hablado así, Otto
-Tú le estás hablando así a Angélica, no puedo y no voy a tolerar que le hables así a mi novia
"¿Mi novia?" ¿Soy su novia?
-¡¿TU NOVIA, ELLA?! ¡ESO LO VEREMOS!
-¡NO HAY NADA QUE VER, ES UNA DECISIÓN TO-MA-DA, QUE NO VOY A CAMBIAR!
Ella solo volteó a verme con desprecio.
-¡LÁRGATE DE MI CASA, NO TE QUIERO CERCA DE MI HIJO!-me empujó y yo aumenté la intensidad de mi llanto
-¡YA BASTA, DEJA DE TRATARLA ASÍ!
No pude aguantar más, salí corriendo de ahí, pero aún del otro lado de la calle, se escuchaban sus gritos, y todo, por mi culpa...
Continuará...
¡CHAMOOOOOOS, SE PUSO INTENSA ESTA VAINAAAAAAAAAA!
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¿Qué más puedo pedir?
Fiksi PenggemarLa historia de amor entre Angélica Vale y Otto Padrón contada desde otro ángulo muy diferente al que todos conocemos... Idea original: Andreina González Edición y adaptación: Ximena Ramírez