Incógnita

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Hinata caminaba de un lado a otro en su nuevo departamento, después de haber leído uno de los pasajes de aquel diario, tuvo una sensación de inquietud.
¿Sería de la inquilina anterior? Eso tenía sentido, pero... ¿Por qué dejarlos ahí? Quiso saber el nombre de la persona que ocupó el lugar antes que ella, pero el administrador se lo negó rotundamente por políticas de privacidad.
Hacía una semana que había encontrado esos diarios y había leído parte del primero, en cada página que leía, se describía de manera explícita cada encuentro que la "sumisa" tenía con su "amo".

—Te involucras demasiado en cosas sin importancia— se dijo a sí misma.

Pero volvía al mismo punto. ¿Por qué dejarlos ahí? ¿De qué huía? Un foco se ha prendido. ¿Ella habrá huído porque su vida peligraba?
Se estaba haciendo demasiadas ideas en la cabeza.
Ino, quizá su amiga Ino tendría alguna idea de quién era la mujer que ocupaba el departamento. Se lo preguntaría después...
Pero ahora su curiosidad se centraba en aquel diario que aún no terminaba de leer. Si, si... Se sentía como una intrusa que invadía la privacidad de alguien más; pero pudo más la curiosidad de saber más con esas explícitas narraciones ¿Quién no?
La ojiperla ni siquiera podía imaginar detalladamente cada escena, pues en algunos pasajes se hablaba de palas, bondage, arnés. Y algunas otras cosas que tuvo que recurrir al navegador e intentar darle sentido a lo que leía.

—¿Qué habrá sido de ti?— se pregunta, dejándo el diario a un lado.

Llaman a la puerta y se dirige hacia ella.
Era su amiga Ino, tan efusiva como siempre.

—Hermosa— la abraza.

—Hola Ino— le corresponde.

—¿Qué haces?— pregunta dirigiéndose hacia el interior.

—Puedes pasar— habla con sarcasmo.

—¿Ahora que nueva novela romántica estás leyendo?— pregunta, tomando uno de los diarios.

—No son novelas— se cruza de brazos. —Ino... Tú conociste a la inquilina de este departamento. Antes de rentarlo, el administrador me comentó que la mujer había pagado dos meses de alquiler por adelantado y no regresó, aunque trató de contactarse con ella—

—Pues... La ví un par de veces, casi no coincidíamos... Trabajaba en una cadena de hoteles muy reconocidos.— responde. —¿Por qué de repente tienes curiosidad?—

—Cuando llegué aquí y comencé a acomodar mis cosas... Encontré estos diarios entre una de las cajas que se encontraban en la pequeña bodega de aquí. Juro que no quería leerlos, pero pensé que podría devolverlos si revisaba a quien pertenecían—

—Hinata Hyuga, revisaste las cosas personales de alguien más— la observa con la boca abierta.

—No fue intencional Ino, estaba acomodando mis cosas y limpiando un poco todo esto. Los encontré, no tenía intención de hacerlo.—

—Si claro— responde en tono sarcástico.

—Bueno, da igual... Solo quiero regresarlos—

—Eso va a estar difícil cariño, la chica que estaba aquí, de repente se esfumó.—

—Pero no dejó algún número de contacto en la administración. Había pagado el alquiler por adelantado y desapareció sin siquiera importarle.— arruga el ceño. —¿No te parece raro?—

—Quizá solo quiso irse de vacaciones y el administrador es un maldito cretino que quiere seguir ganando pasta que esperar a la pobre mujer— añade mientras invade el frigorífico de la peliazul.

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⏰ Última actualización: Feb 18, 2019 ⏰

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