Capitulo 1

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Mi nombre es Tania Jones. Vivo con mi familia en una pequeña casa cerca del centro de Atlanta. Tengo 16 años y acabo de graduarme del colegio. Me han adelantado ya que siempre fui una de las mejores estudiantes de la preparatoria. He recibido un diploma de reconocimiento académico a nivel estatal y mención honorífica. Mi madre, que me ha presionado todos estos años por obtenerlo, esta muy orgullosa de mi.

Este verano, mis padres han decidido ir a acampar a un lugar no muy lejos de aquí. Un bosque que se encuentra a un poco más de 20 kilómetros de la ciudad. Mi abuelo nos llevaría hasta allá y regresaría por nosotros dos semanas después. Considero que es mucho tiempo de estar desconectada de la sociedad, en un campo en donde no podré ver la televisión o checar instagram porque no tendré señal ahí. Pero mis padres me aseguraron que no podría quedarme sola tanto tiempo en casa, y que debía de ayudarlos a cuidar a Grace, mi hermana de 7 años.

Me desperté el domingo a las siete de la mañana, apenas pude estirar mi brazo para posponer la alarma y mi madre entró en ese instante a mi habitación.

— Tan. ¿Ya te alistaste? Nos vamos en media hora... –Me dice.

— De acuerdo mamá. Pero podrías avisarme un poco antes para estar lista. –dije mientras me levantaba de la cama.

— Por cierto –sacó una hoja de su bolsa– Lo dejaste dentro de mi bolso. Cuando regresemos quiero que me ayudes a colocarlos sobre la pared. –Me había dado el diploma de reconocimiento académico.

— Creí que irías a enmarcarlo.

— Sí. Cuando volvamos iremos las dos. –me dice y camina hacia la puerta de salida.

— Sí claro. No quisiera olvidarlo. –dije sarcásticamente y me levanté completamente de la cama.

— ¡Apresúrate! Tu hermana y tu padre ya están subiendo las mochilas a la camioneta. –me grita desde el pasillo.

Comencé a alistarme. Recogí mi cama y me cambié la ropa. Me puse unos jeans, un suéter negro opaco de manga larga y tenis Adidas. Me cepillé el cabello, lave mis dientes, remojé mi cara con el agua del lavabo cuando mi madre comenzó a presionarme para que ya bajara.
Me presioné tanto que, al no saber dónde colocar el diploma para que no se maltratara y mi madre se infarte, lo único que se me ocurrió fue meterlo dentro de mi mochila en uno de los compartimentos para archivos. Mala idea, pero ella me seguía gritando lo cual me hizo molestar.
Bajé las escaleras, llegue al auto y saludé a mi abuelo. Metí mi maleta a la camioneta y mis padres metieron unas cajas con comida en el maletero.

Mi hermana, Grace y yo subimos a la camioneta. Observe cómo cargaba de su muñeca de porcelana y no la soltaba en ningún momento. Eché una leve risita al recordar aquellos tiempos en los que me comportaba igual que ella.

Mis padres subieron al auto y mi abuelo arrancó el motor. Me comencé a quedar dormida durante el camino, esperando a que Grace no viniera con una broma como pintarme la cara, o escupirme encima mientras dormía pero bueno, no pude contener las ganas.

(...)


Conscientemente, comencé a sentir un cosquilleo en mi labio superior. La camioneta estaba estacionada con una de las puertas traseras abiertas. Comencé a abrir los ojos y vi a Grace encima de mí con un marcador en la mano.

- ¡Grace! –me levanté y ella salió corriendo y gritando.

Salí de la camioneta y la comencé a perseguir. Mis padres y mi abuelo estaban afuera tratando de hacer una fogata. Grace gritaba con tal de que me detuviera.

— ¡Hey! ¿Que pasa? –dijo mi padre levantándose del pasto seco y al verme se comenzó a reír.

— ¡Grace hizo una de sus bromitas! —Exclamé molesta.

— Le pinté un hermoso bigote –dijo con ternura.

— ¡No es gracioso! –dije molesta.

— Vamos Tan, no seas amargada. Es sólo un juego. –dice mi padre.

— ¡Utilicé este plumón para mi arte! –levantó u marcador permanente con entusiasmo.

— Grace, es permanente. –dijo mi mamá cuando se levantaba del suelo.

Molesta volví a corretear a Grace y esta corrió tras mi padre para usarlo como protección.

— A ver ¡Ya basta! Grace, dame ese marcador –Se lo quitó de las manos– Para la próxima usa una hoja de papel para pintar sobre ella –Grace se fue a sentar a lado de mi abuelo– Ahora, tú vete a limpiar, si no luego se te hará más difícil. –me dijo imperativo.

— ¿A dónde? –pregunto.

— Hay un baño por allá. –señaló una pequeña casucha al otro lado del campo.

— ¿Hasta allá? –pregunto de mala gana y comienzo a caminar directo hacia aquél baño.

— Muy bien, será mejor que me vaya. –mi abuelo se levantó y recogió su mochila.

— Muchas gracias por traernos papá. Buen viaje de regreso y nos vemos en dos semanas. –le dijo mi madre.

Grace abrazaba a mi abuelo de las piernas sin querer separarse de él. Mi abuelo le dio un caramelo para que mi hermana sonriera y mis padres lograron separarla de él cuando se iba acercando a la camioneta. Mi abuelo arrancó el motor y se fue.

Caminaba directo al baño. Al entrar a la casucha esta estaba toda desgastada y abandonada, llena de telarañas y ratas. Tiene un olor muy desagradable. Había un pequeño retrete quebrado al fondo del pasillo y un lavabo a un lado de él.
Habían muchas habitaciones sin puertas, sólo una manta que cubría para que no entrara la luz. Caminé hasta el lavabo y vi unas pequeñas gotas de sangre, después miré al suelo junto a él con un charco de sangre salir de un lado del retrete. No le di importancia y jale de la llave para lavarme la tinta. Como no había espejo, saqué mi celular y miré mi reflejo desde la cámara.
Al terminar, guardé mi celular y salí de la casucha que aún olía mal. Caminé de regreso al campamento donde mis padres aún seguían tratando de encender la fogata para cocinar el desayuno.

Sobreviviremos Juntos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora