En Busca Del Hilo Roto

Un Capricho

Queda tomar muchas decisiones importantes en mi vida, acababa de terminar el bachillerato. Las personas me acosaban al preguntarme que quería hacer con mi vida o que carrera quería estudiar y si esta me iba a dar estabilidad económica.

Pero la verdad es que ni yo misma tenia estas respuestas, había terminado en un colegio en el que me daban la posibilidad de seguir estudiando 2 años más para salir con un título de maestra  o inscribirme en otra universidad. Una de ellas era la universidad de mis sueños y sin importar en qué carrera, quería estar dentro de esta última.

Al finalizar el año se celebraba las fiestas de navidad. El tiempo necesario para pensar que hacer el próximo año. Fue en enero y después de hablar con varias personas cuando tomé la decisión de aceptar la propuesta del colegio y hacer los dos años  para obtener el título y los fines de semana estudiaría en una universidad privada la carrera de  psicología  así que me sentía preparada y orgullosa de mi misma por lo que iba a empezar hacer de mi vida.
Ya estando en febrero las clases empezaron y cada día más me gustaba lo que veía en clases aunque salía agotada por tantos trabajos pues  casi no tenía tiempo para salir de casa. Prácticamente el único momento que tenía libre era el día domingo en el que hacía como un ritual para asistir a misa, ese día era especial para mi porque me levantaba a las 8 am y me preparaba de tal forma que utilizaba mis mejores vestidos, arreglaba mi cabello de forma diferente y me maquillaba cosa que no hacía los demás días y cuando ya estaba lista tomaba algo de dinero  y emprendía camino rumbo a la iglesia.

Fue así como uno de esos domingos después de salir de misa me encontraba dirigiendo me a casa y antes de llegar a esta, pare en la casa donde vivían mi hermano junto a su esposa y allí fuera de esta se encontraba sentado un muchacho que  para mi era guapísimo y sin temor me acerque a este, él no dudo en ofrecer me una cerveza igual a la que él estaba bebiendo debido a que se encontraba viendo el partido del equipo local de la ciudad en donde vivimos.

Quizás fue raro para él el hecho de que no le aceptará la cerveza porque podía notar el asombro de mi respuesta "no me gusta el trago"  y para acultarlo decidió ofrecer una sonrisa encantadora. Después de ese domingo me prometí a mi misma que me esforzaria en verme mejor para él. Claro él no iba a saber que lo hacía por él porque creería que todos los domingos lo hacía como algo normal.

Después de intercambiar números de WhatsApp empezamos a escribirnos todos los días hasta que pensé que era hora de que nos viéramos en un ambiente  diferente, ya no en la casa de mi hermano, sino en mi casa.  Así poco a poco seguíamos hablando y viéndonos cada vez que él tenia tiempo al finalizar su jornada de  trabajo.

Camilo era como  esos tipos de película que con una sola sonrisa lograba deretirme por completo pero cargaba con un pasado que lo marcaría de por vida siendo  indeseable para algunas personas.

Mis papás nunca me han conocido un novio y camilo era el segundo hombre que iba a mi casa. Por esto mis padres sospechaban que entre nosotros hubiera algo más que una amistad. Nunca me preguntaron nada y mucho menos a él pues de un saludo no pasaban.