Capítulo 1

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El sonido de mis tacones retumba por todo el pasillo cuando salgo de la habitación muy decidida a la primera clase de lengua.

Llevo puesta una sudadera bastante ancha junto con unas botas de tacón por la rodilla. Con la mochila al hombro, llego a la clase de lengua y veo como algunos chicos susurran entre sí mirando mi cuerpo, no saben lo que les espera cuando me vean con vestido...

Lo único que hago es sentarme en primera fila y dejar la mochila al lado de la mesa justo cuando el profesor entra y así sucesivamente durante todo el resto del día.

Termina la última clase del día y me dispongo a volver a mi habitación cuando oigo gritos de unos chicos detrás de mí. Me doy la vuelta y la escena no me hace gracia alguna. Veo a varios chicos, puede que unos seis a vista rápida cogiendo a otro chico mientras le gritan insultos homófobos.

Voy lo más rápido que puedo hacia la escena del crimen tronando mis tacones a cada paso que doy. Al llegar, los chicos se quedan mirándome cuando grito - ¿Qué cojones os creéis que estáis haciendo?- El más alto de todos se ríe y con una expresión chulesca dice- ¿Te crees que una tía como tú va a hacer que paremos de divertirnos?- dice dándole una bofetada al chico, lo cual hace que se le caigan al suelo sus gafas. De un solo movimiento, empujo al abusón, lo que hace que se dé con la pared, rápidamente le pongo el brazo en el cuello y lo dejo sin escapatoria cuando le digo- Nunca, pero nunca, subestimes lo que una mujer puede llegar a hacer.- Instantáneamente le doy con mi rodilla un golpe bastante fuerte en su entrepierna, lo cual hace que se caiga al suelo y aprovecho ese momento para recogerle las gafas al chico y lo ayudo para que se levante.

Todos los chicos que estaban haciendo el corro se han ido apresuradamente y han dejado al abusón solo en el suelo, cojo a la victima del hombro mientras damos media vuelta y dejamos atrás el lugar que siempre atormentaba a este chico.

Cuando estamos un poco lejos, el chico se seca las lagrimas de los ojos y yo me presento- Me llamo Lydia Stone, encantada de conocerte chaval- El chico era un poco más alto que yo, y era extremadamente guapo, rubio, ojos verdes y con buen cuerpo (las cosas como son)- Me llamo... Carlos- dice tartamudeando cuando estrechamos las manos y llegamos a mi habitación.
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-Hazme caso que esos chicos no te van a volver a tocar un pelo.- Digo mientras le curo una herida que le habían hecho en el labio. Él asiente no muy convencido mientras hace una mueca de dolor. - ¿escuece?- Digo sonriendo amablemente cuando vuelve a hacer la mueca de dolor. Retiro el trapo con el que le estaba curando y el lo único que hace es agradecer lo que estoy haciendo por él.

-¿Me puedes explicar la razón por la que te hacen y dicen esas cosas?- Él se sienta en la cama que está frente a la mía y baja la cabeza hacia abajo. Cariñosamente, le subo desde la barbilla la cara para que me mire a los ojos y le digo- Tranquilo, no te voy a juzgar por nada, tu no has hecho nada malo. - Él asiente y mirándome a los ojos me dice tartamudeando- Soy homosexual...

Por los insultos que había estado escuchando, realmente me lo esperaba, pero quería que me lo confirmase él mismo.- Tío, eres un chico normal y corriente, no te sientas mal por eso.- Carlos me sonríe y se levanta de la cama un poco incómodo cuando me vuelve a agradecer lo que he hecho por el.

Más tarde me contó todos sus royos y curiosidades suyas y poco a poco fuimos cogiendo confianza, cuando veo que ya se ha hecho de noche por la ventana, me levanto decidida y le digo- Carlos, ¿haces algo esta noche?

-Seguramente me quedaré en mi habitación viendo alguna serie, ¿por qué?- Dice poniendo una expresión graciosa, me encanta la personalidad reservada que tiene.

-Porque te espero aquí a las diez y media, vamos a ir a la fiesta de bienvenida del campus.- Él me sonríe y me sigue la corriente.

-¿Pantalones largos o cortos?

-Los más ajustados que tengas- Se ríe y mientras pone una mirada pícara dice más animadamente que antes - Ahora nos vemos, peligrosa- Le guiño un ojo y él se va de la habitación.

Estoy contenta de haber encontrado un hombro de apoyo en el primer día de clase, y encima el chaval es guapo, cuando se va, pienso en lo que me voy a poner y sonrío para mí misma.

Esta noche vamos a brillar.

Stone HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora