3

116 10 0
                                    

[Cuarto día en la preparatoria]

— Llegaré tarde. — me dije como por décima vez. Mi alarma no sonó y no me desperté a tiempo, faltaban al menos 10 minutos para que la primera clase empezará, que por cierto era de química. Tenía que entregar la tarea.

Cogiendo solo una manzana para ir comiendo en el camino, salí de casa con todo en mano, ni si quiera me peine, ya se imaginan el como me veo en este instante. Cuando iba en la esquina de calle de donde vivo un auto negro para ser específicos un deportivo se detuve enfrente mío, poco a poco la ventanilla bajo dejandome ver a Jungkook.

— Sube. Te llevo. — sonrió.

— No quiero molestar. — dije viendo a otro lado que no fuera su cara.

— No es ninguna molestia, sube o llegaremos tarde a la clase de química. Yo inventaré algo para que nos crea el maestro. ¿Vale? — hice una mueca. — Jimin, no lo pienses no te quiero hacer nada, sube ya. —

Rindiendome, subí al auto. En el transcurso un silencio no tan incómodo nos acompaño, hasta que llegamos al estacionamiento del colegio, donde ya habían chicos en montón susurrando.

— Gracias Jungkook. — dije bajandome del auto.

— No hay de que. Ahora vamos a clase ahora. Tenemos dos minutos. —

Corriendo, llegamos al salón que por suerte era uno de los primeros. El maestro aún no había llegado pero Lisa y Rose si. Estás me miraron raramente, así que me acerque.

— Ya vine. — dije mientras las miraba. — ¿Tengo algo raro? Desde que entre no dejan de verme así.— ellas negaron.

— Has Venido Con Jeon. — contestó Lisa.

— ¿Que tiene de malo? Me levanté tarde.—

— Pensé que no te agradaba. —

— Lisa, por dios. Es un chico muy buena onda. — dije rodando los ojos.

— Ya Jimin. No te hagas el difícil. — hablo Rose, no entendía a lo que se refería.

— ¿De que hablas? — ambas rodaron los ojos. — ambas saben que para que alguien logré establecer una amistad conmigo debe de demostrar que realmente la quiere. —

— Si Jimin. Eso ya lo sabemos. Pero Rose no hablaba de eso. —

— ¿Entonces? —

— Lisa, yo le digo. — Rose dio un suspiro. — admite que Jeon es atractivo, que es lindo y muy buena gente. ¿Apoco no está guapo? —

Joder, ¿Estás que se traen? Jimin, tranquilo.

— No Se. — Inconscientemente mi mirada fue a donde el estaba con su libro de química en la mesa y su celular entre manos. — no lo niego, es lindo, tiene muy lindos ojos, y una sonrisa de conejo muy rara. — reí algo sonrojado.

— ¿Te gusta? Al menos. — yo quedé viendo a Rose estático. Tenía mucho que nadie me gustaba, y Jung Kook no me puede gustar si apenas lo conozco, no sé nada de él y el nada de mi.

— Puede que sí. — dije rápido.

— ¿Entonces que esperas? Acepta ser su amigo, quizás hasta lleguen a ser algo. — dijo Lisa sonriendo, trate de sonreír, pero una mueca nada más me salió.

— No quiero ilusionarme. Desde Taemin no he estado con nadie. Saben que le entregué todo de mi, mis más oscuros secretos el los sabía. Lo ame como jamás amare a nadie. —

— No entiendo. ¿Que le viste? —

— Puede que me enamoro por su sonrisa, su voz, pero no por su Personalidad. — dije cabizbajo. — Pero aún así, suelo extrañarlo mucho. Pero el... Es feliz ¿No? Ahora está con Hyuna, y yo estoy tratando de soportarlo. —

Ninguna dijo nada, ellas fueron testigos de cuánto había sufrido por Taemin, el siempre había sido mi gran amor. Por el daba todo, hasta mi vida si era necesario. Amaba estar a su lado aunque el, aveces me rechazara.

El maestro entro, y me fui a sentar a lado de Jeon.

— ¿Estás bien Minnie? — hablo Jungkook. Un sonrojo se apoderó de mis mejillas, haciéndolas cambiar a un color carmesí. Nadie me había llamado así desde que mi padre se había ido. Asentí levemente. — no te creo. Estás mal ¿Verdad? — negué. — ¿Fueron ellas? — se dirigió a las chicas, pero volví a negar. — Quizás no seamos amigos aún, pero puedes contarme lo que te pase con confianza Jimin. —

— Gracias... Sólo... Me acordé de alguien a quien ame demasiado. — Sonreí Melancólicamente.

— Entiendo, algo así me ha pasado. Si gustas podemos ir a tomar un café, o voy a tu casa. Donde tú gustes para poder hablar. ¿Te parece? — dijo mostrando su sonrisa de conejo.

— En mi casa estaría bien, ayer hice algo de chocolate. Podría gustarte. —

Él asintió, y nos centramos en la clase, mientras las chicas me miraban con una sonrisa triunfadora en su rostro.

Hay días, en los que realmente son demasiadas raras.

[...]

Somos Amigos. [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora